Las mascarillas se agotan en las farmacias, tanto en Milán como en las ciudades españolas. Muchos creen que así estarán más protegidos frente al virus, pero ¿realmente se puede evitar el contagio usándolas?
Las mascarillas no son infalibles, por sí solas, frente a los virus porque no aíslan completamente a la persona del contacto con el exterior, aunque algunas pueden ser muy efectivas frente al coronavirus.
Mientras las autoridades sanitarias insisten en que el uso de este material médico es «irracional», «innecesario» e incluso irresponsable por el desabastecimiento que está provocando, muchos ciudadanos siguen poniendo en duda esta afirmación.
«Si dicen que las mascarillas no sirven para protegerse del coronavirus, y solo las deberían usar las personas infectadas para no contaminar a otras, ¿por qué la lleva puesta Bruce Aylward, responsable de la OMS en Wuhan, para informar sobre la evolución de la enfermedad?», se pregunta un analista y presentador español en Twitter.
El jefe de la misión de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en China llevaba puesta la típica mascarilla de papel durante una rueda de prensa en sobre el COVID-19 en Pekín el pasado lunes y ello pese a que la institución solo recomienda su uso de forma profiláctica cuando se está enfermo o de forma preventiva junto a otras medidas de higiene.
«Las personas que no presentan síntomas respiratorios no necesitan usar mascarillas porque no se ha demostrado que protejan a las personas que no están enfermas. Sin embargo, es posible que se utilicen en algunos países donde se ha instalado esta costumbre», aconseja la OMS.
¿CUÁL ES SU EFECTIVIDAD?
Aunque ningún tipo de mascarilla representa una barrera totalmente infranqueable para las infecciones, algunas ofrecen más protección que otras, explica a EFE la vicepresidenta del Colegio de Médicos de Madrid, Belén Padilla.
Por un lado, están las que se usan habitualmente en quirófano: son las que aparecen en la mayoría de las fotos de países afectados por el coronavirus y están hechas de un papel fino, un material que apenas filtra el aire y puede ser traspasado fácilmente por las partículas portadoras de los virus.
Su objetivo es evitar la transmisión de agentes infecciosos por parte de la persona que las lleva. De hecho, están diseñadas de dentro hacia fuera para evitar la diseminación de microorganismos presentes en la boca, nariz o garganta.
Las mascarillas quirúrgicas protegen así al paciente que está siendo intervenido, aunque también son útiles para el cirujano frente a posibles salpicaduras de fluidos o sangre por parte del enfermo que está siendo operado.
Pero hay otras mascarillas más profesionales, con filtro de partículas, que podrían ser eficaces frente al coronavirus.
Al contrario que las quirúrgicas, están diseñadas de fuera hacia adentro para proteger a quien las lleva frente a la inhalación de contaminantes ambientales.
«Están recomendadas para el personal sanitario, en contacto con pacientes de graves enfermedades como la tuberculosis», apunta Padilla.
Existen dos tipos de mascarillas de protección individual, como explica María Luisa Hermosa, del Colegio de Farmacéuticos de Sevilla: las «autofiltrantes para partículas o aerosoles», que pueden llevar válvulas con filtro y tienen varios índices de protección (FFP1, FFP2 o FFP3, según la normativa europea), y las indicadas para gases y vapores.
La OMS recomienda el uso de mascarillas con un nivel de filtrado de al menos FFP2 (o N95, según la normativa estadounidense) para procedimientos de aislamiento o con posible generación de aerosoles infecciosos (tuberculosis, sarampión, varicela, SRAS…).
Sus respiradores tienen una eficiencia de filtración de al menos el 95 % para partículas de 0,3 micras de diámetro, por lo que serían eficaces frente al nuevo coronavirus, que «se transmite principalmente por las gotas respiratorias de más de 5 micras», según el Ministerio de Sanidad.
¿CUÁNDO DEBEMOS USAR LAS MASCARILLAS?
La OMS aconseja utilizar una mascarilla si se presentan síntomas respiratorios, tos o estornudos, si se cree que se ha contraído el COVID-19 con síntomas leves o si se está cuidando de alguien que podría estar infectado.
«El uso de una mascarilla clínica es una de las medidas profilácticas para limitar la propagación de determinadas enfermedades respiratorias, entre ellas la infección por el 2019-nCov, en las zonas afectadas», admite la OMS en su documento con consejos sobre la utilización de este material clínico ante el brote del nuevo coronavirus.
Sin embargo, advierte de que «una mascarilla no proporciona por sí sola suficiente protección y deben tomarse otras precauciones igualmente importantes», fundamentalmente una buena higiene de las manos y el uso de desinfectante.
Las personas que no están enfermas no necesitan usar mascarillas porque no hay pruebas de que les vaya a proteger, y sí deben usarlas quienes presenten síntomas respiratorios y los profesionales sanitarios que traten a pacientes con coronavirus. En concreto, la OMS recomienda a los médicos que empleen mascarillas con filtro de partículas equivalente a la FFP2.
¿SE PUEDEN REUTILIZAR?
Las mascarillas de un solo uso, como las mascarillas clínicas planas y las desechables con filtro, no deben reutilizarse.
En el resto de los casos, deben cambiarse cuando estén húmedas.
La mascarilla debe retirarse siempre sin tocar la parte delantera, que podría estar contaminada, para después lavarse las manos.
FUENTES:
– «Consejos sobre la utilización de mascarillas en el entorno comunitario, en la atención domiciliaria y en centros de salud en el contexto del brote de nuevo coronavirus (2019-nCoV)», OMS
– Colegio de Médicos de Madrid
– Blog del Colegio de Farmacéuticos de Sevilla
– «Proteccion respiratoria: mascarillas quirurgicas y mascarillas de protección», Gobierno de La Rioja
– «Procedimiento de actuación frente a casos de infección por el nuevo coronavirus (SARS-CoV-2)», Ministerio de Sanidad