Más allá de celebrar éste 27 de febrero los triunfos del Ejército Grancolombiano por defender la integridad de la patria, esta fecha es quizá la más importante para la vida y el desarrollo de nuestro país, por cuanto de ella nacen, emergen y se inspiran otras celebraciones que hoy a todos ecuatorianos nos obliga a hacer un paréntesis para cívicamente rendir tributo de admiración y respeto para todos aquellos héroes conocidos y desconocidos quienes a partir del 27 de febrero de 1829 nos habrían de legar una partida de nacimiento con nombre y apellido propio, cuya descripción significó ser un país libre y soberano llamado para bien o para mal Ecuador, este título que nació hace 191 años hoy nos enorgullece y nos demanda a todos los ciudadanos ecuatorianos a dar una lectura permanente para conocer cuan bien estamos cumpliendo o incumpliendo con honor, con valor y con propia identidad y honestidad todas aquellas lecciones de vida y civismo que nos heredara Tarqui.
Los claros conceptos políticos, militares y estratégicos empleados sobre todo por Bolívar, Sucre y Flores en la dirección y comando de inmortales batallones en las breñas de Tarqui sin duda alguna obtuvieron el éxito deseado con el apoyo y la motivación decisiva de miles de ciudadanos australes todos quienes con su gran espíritu gran-colombiano no hicieron en ese entonces demostrar y decirnos hoy que los grandes triunfos y victoria se los consigue cuando de por medio existe ese valor intangible que se lo denomina “Unidad Nacional”.
Recordar y celebrar el día de hoy, el día del Civismo, el día de nuestro orgulloso y victorioso Ejército, el día de la Unidad Nacional y el día del Héroe Nacional nos debe motivar a todos los ciudadanos ecuatorianos a buscar y practicar de manera permanente la verdadera luz de esa auténtica independencia, libertad, justicia, democracia y paz. (O)