La añoranza del Sígsig en donde no se sabía de la existencia de mineros legales o ilegales está presente entre los pobladores de la Comuna de Indígenas San Sebastián, un lugar todavía verde por donde se forma el río Santa Bárbara.
Hasta hace algunos años, la actividad minera se podía contar con los dedos de las manos, sin embargo, en los últimos meses todo cambió, sobre todo en las partes altas de Sígsig. A simple vista, se ven altas montañas rodeadas de nubes, pero si se adentra a ellas el panorama es distinto.
Entre los bosques frondosos y junto al río están casetas precarias y maquinaria pesada; hombres con botas de caucho entran y salen del agua. Todos ellos son mineros que han venido de otros lugares. Los comuneros los llaman extranjeros porque han venido de otros países para extraer oro.
“Son gente de Perú, Colombia, Venezuela, que están minando el río. Pocos son de Sígsig. Pero claro, alguien les avisó y no sabemos quién, que en nuestra tierra hay oro, y desde hace un año hemos visto más mineros ilegales que están destruyendo nuestra linda tierra”, dice Fidel. Él pertenece a la Comuna de Indígenas San Sebastián de Sígsig y conoce las montañas, como todos los comuneros de la zona. Para ello ha caminado horas y horas. Ha recorrido senderos, y ha seguido las orillas de los ríos porque es el lugar donde nació y se crió.
Y por esa misma razón, observar que la montaña está cambiando por una actividad −que está presente en varios cantones de la provincia del Azuay− es doloroso para Fidel, porque no solo es la contaminación, sino el cambio del uso del suelo sin permiso con sucesos que aparentemente son naturales.
Reunión
En febrero de 2018, un incendio quemó hectáreas de vegetación en las nacientes de los ríos Alcacay y Ayllon, las cuales están ubicadas en la Comuna de Indígenas San Sebastián. Cinco años atrás ya había pasado lo mismo.
Para el presidente de la comuna, Luis Sánchez, los incendios fueron provocados por los mineros con la finalidad de tener espacio para construir los campamentos y construir vías que permitan el acceso de la maquinaria que se asienta en el río para dragarlo.
La propia Agencia de Regulación y Control Minero (ARCOM), el 22 de enero pasado encontró que había gente que trabajaba, aun con permisos, en las orillas del río Santa Bárbara, pero de manera antitécnica. Sin embargo, hicieron lo que siempre hacen cuando se encuentra con actividades irregulares: colocar un sello de clausura sobre las máquinas.
Para los mineros el sello no tiene importancia. Los propios comuneros han visto cómo los trabajos se reanudan después de unos días de la clausura. Con todos esos antecedentes, la comuna ha decido organizarse junto al Municipio de Sígsig para llevar a cabo una asamblea cantonal el 10 de marzo.
No obstante, mañana habrá una reunión preliminar para definir las acciones a tomar en contra de la minería, que hasta la fecha, sus actividades han sido identificadas en Infiernillos, Cuesta de Gallos y en las orillas de los ríos Santa Bárbara y Ayllón.
La comuna teme que los mineros estén utilizando químicos prohibidos que terminan en el río Santa Bárbara, que para muchos, está ya contaminado por quienes buscan extraer oro. (AWM)-(I)
Convención en Canadá
Mientras en Sígsig se preparan para una asamblea cantonal, ayer inició en Toronto la convención anual de la Asociación de Prospectores y Desarrolladores de Canadá, la cual es una comunidad de exploración y desarrollo de minerales.
En la convención se presentaron, a más de los compañías de mineros más grandes de Canadá, personas con carteles en contra de la minería en América Latina y en el mundo. Entre los carteles hubo uno que rezaba: “INV METALS out of Ecuador”, la misma que hacía alusión a la compañía que pretende explotar Quimsacocha, en el cantón Cuenca.
El grupo Yasunidos invitó a la población a seguir de cerca la convención, ya que, según ellos, allí se harán “negocios” con los territorios que cuentan con yacimientos mineros. (I)
APOYOS
– Los dirigentes de la comuna afirman haber recibido amenazas cuando han intentado detener el traslado de maquinaria pesada hacia las minas ilegales.
– En la vía que conduce a Infiernillos hay bocaminas que fueron abiertas hace más de una década, pero nunca fueron cerradas.
– Dentro de las bocaminas se cree que hay químicos que nunca fueron retirados. Los comuneros no ingresan por temor.
– En un análisis realizado por el laboratorio Corplabec, se encontró que en una bocamina emanaban metales como el cadmio, cobre y mercurio.
– La muestra fue tomada tras una visita del departamento de Gestión Ambiental del Gobierno Provincial del Azuay.
– En la parroquia San Bartolomé también se encontró en una bocamina la presencia de cadmio en cantidades que superan lo permitido.