El cantautor español Alejandro Sanz emocionó este jueves en su primer concierto en Ecuador en siete años, dentro de su tour «La Gira», de su álbum «El Disco», con la que recorre siete países de Latinoamérica.
Ataviado con una camiseta negra con la leyenda «Mitad del Mundo, Ecuador», a juego con una americana del mismo color, el artista saltó al escenario del Coliseo Rumiñahui de la capital ecuatoriana, donde lo esperaban ansiosos varios miles de seguidores.
Carteles con forma de corazón con el lema «te extrañamos», le daban la bienvenida e iluminaron alguno de sus temas emblemáticos.
La actuación del madrileño afincado en Miami arrancó con «Hoy que no estás», que puso al público en pie, para dar paso a una miscelánea de canciones, entre ellas «No tengo nada», que compartió con el ecuatoriano Daniel Betancourth, con quien se fundió en un efusivo abrazo fraterno.
Sobre el escenario una docena de músicos, hombres y mujeres por igual, acompañaron al cantante, que hizo constantes guiños al público ecuatoriano en su concierto de Quito, al que sucederá otro similar el próximo sábado en la ciudad andina de Cuenca.
«Venimos a contarles un cuento», al dar paso al tema «Aquello que me dijiste», antes de interpretar su último son cubano con aires flamencos de «Azúcar en un bowl».
El artista invitó a músicos ecuatorianos con los que compartió escenario, como la agrupación Tres Dedos y la guayaquileña Luz Pinos, con quien interpretó «Mi persona favorita», dedicada a su hija menor.
Público de todas las edades siguieron la actuación coreando las canciones más conocidas y bailando.
«Fue increíble, siempre nos hace emocionar muchísimo con sus canciones, no me he perdido un concierto desde pequeña», refirió a Efe Patricia Hidalgo, quiteña de 41 que acudió al concierto con su hermana.
Destaca del cantante su «interacción que tiene con el público», así como el hecho «de que siempre nos haga cantar muchísimo».
También hubo lugar para los mensajes ecologistas de la ONG internacional Greenpeace, así como de lucha contra la xenofobia, que según el cantante, trata de inculcar a sus vástagos.
El músico español, que ha vendido más de 25 millones de discos en todo el mundo, interpretó por primera vez en la actual gira la canción de Joaquín Sabina «Contigo», una de los más aclamadas y entonó a capella tocando el piano «Lo Ves», al unísono con sus seguidores.
Hacia el final de la actuación Sanz se colgó una bandera tricolor ecuatoriana al grito de «¡Arriba Quito!», antes de cerrar el recital con el «Corazón Partido», provocando el apoteosis del público que no dejaba de pedirle que se quedara.
Los colombianos Pitizion y Alejandro Santamaría fueron los teloneros de Sanz en esta gira iniciada en febrero y que culminará el próximo 14 de marzo con un recorrido por siete países de la región.
El espectáculo ha sido concebido para grandes recintos como el Rumiñahui, con capacidad para más de 14.000 personas, y que esta noche vibró con el artista gracias a una decena de pantallas LED de unos mil metros cuadrados y una potencia de sonido de 250.000 vatios.
La gira lleva recorridos más de quince espectáculos en Estados Unidos y México, para dar a conocer su último disco con el que ha recibido un Grammy Latino en la categoría de mejor álbum, ratificando a Sanz como el artista español con mayor cantidad de estos galardones de la música.
«El Disco» ha sido número uno en catorce países, doble disco de platino en España y de oro en Argentina y Chile. EFE