Una vieja foto

Andrés F. Ugalde Vázquez @andresugaldev

Este artículo lo escribo mirando una vieja foto. Reescribiendo en mi memoria aquel momento detenido en el tiempo, como si fuera hoy. Ese día salí temprano de la oficina. Había mucho tráfico y el tiempo me daba justo para llegar a casa y regresar. La camiseta, la bufanda y la gorra. Un beso a la pasada al viejo que ya tenía la radio encendida y escuchaba las alineaciones. Las calles repletas en aquel dos de noviembre del 2004 mientras Cuenca festejaba por todo lo alto su independencia. Pero esa noche era especial. Esa noche juagábamos, en el Alejandro Serrano, contra el Papa Aucas que tenía buen equipo e iba bien en la liguilla.
Caminaba mirando el reloj. Apurado. Solo. Confiado en estas calles que conozco de memoria. Me esperaba allí mi lugar, en el noveno escalón de la tribuna sur, junto a los inseparables camaradas de la Barra Brava. Optimistas inmutables que han mantenido el cariño intacto durante más de treinta años.
En fin. Saltan a la cancha los equipos. Se multiplican las banderas y los bombos, profundos, desde las entrañas del gigante de cemento. Los leones bien plantados y un gol de oro para el descanso. El segundo tiempo que empezaba con el rival apretando. Un par de salvadas felinas del “Klimo” y la sensación indefinible por la que se presiente el gol del rival. Y de pronto, en el minuto 72, un pase profundo del “Pavo” Noriega que ponía a correr al vertiginoso “Galgo” Valencia. El centro preciso al área y el feroz cabezazo de “Mamita” Calderón. Dos a cero y el grito atronador de las tribunas. Una bengala encendida a mis espaldas y la Barra Brava coreando el “Dale Campeón”. Y fue en ese momento cuando un hincha, asombrado por la misa pagana, sacó una fotografía que logró capturar ese momento excepcional. Una que conservo y repaso con nostalgia este 4 de marzo mientras mí querido Cuenca cumple 49 años de ser la embajada ambulante de la identidad cuencana.
¡Hasta la muerte caramba! No hay cariño como este.
Feliz cumpleaños leones. Feliz aniversario querido rojo… (O)