Un avión de Iberia con 344 pasajeros a bordo, en su mayoría españoles, partió la tarde de este domingo de Quito con destino a Madrid, donde tiene previsto aterrizar en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid Barajas a las 07.14 GMT del lunes
El vuelo, IB6456, partió a las 15.39 hora local ecuatoriana (20.39 GMT), según aparece en la web de Quiport, concesionaria del Aeropuerto Mariscal Sucre de Quito, y recorrerá un itinerario que se prolonga de promedio unas 10 horas y 35 minutos.
«El vuelo salió con 344 pasajeros, de los que calculamos que dos tercios son españoles que hemos puesto nosotros», explicaron a Efe fuentes del Consulado General de España en Quito.
En una célula de crisis desde que se inició la emergencia sanitaria por el COVID-19 en Ecuador, la Embajada de España a través de sus consulados en Quito y Guayaquil ha desarrollado una actividad frenética a contrarreloj para poder colocar «al mayor número posible de españoles» en el vuelo que salió hoy hacia Madrid.
De acuerdo a las fuentes, el personal consular ha tratado de contactar vía telefónica y por correo electrónico a «todos los españoles que teníamos en la lista», especialmente en horas previas al vuelo, cuando la aerolínea ofreció plazas que no había podido colocar de un vuelo que, en principio, era de carácter comercial.
«Hemos hecho una llamada masiva para ofrecer las plazas adicionales y tras contactar con todos los españoles, las hemos ofrecido a ciudadanos europeos», añadió el Consulado en Quito.
Entre los españoles se cuentan alrededor de 40, cuya situación ha sido tenida especialmente en cuenta por enfermedades como diabetes o asma o que están al cuidado de menores en España.
Además, hay un grupo conformado por 43 cooperantes sanitarios que no pudieron regresar en otro vuelo que fue cancelado por un incidente en la pista de aterrizaje el miércoles en Guayaquil, ciudad epicentro en Ecuador del COVID-19, sometida por ello a medidas más restrictivas.
RETRASO PARA ESPERAR A MÁS PASAJEROS
El vuelo tenía previsto partir a las 14.10 hora local (19.10 GMT), pero se retrasó más de una hora para permitir «meter a más españoles», indicó a Efe el cónsul general de España en Quito, Antonio Luis Ramos.
La espera, que fue autorizada por la línea aérea, propició que hasta el último momento pudieran abordar al avión españoles y otros europeos, principalmente turistas, que no habían podido hacerlo en otros vuelos o que perdieron los suyos a raíz de la suspensión del tráfico aéreo comercial internacional desde principios de semana, en el marco de la emergencia sanitaria por el coronavirus.
De momento, no se tienen cifras acerca del número de españoles transeúntes que, por diversos motivos, no han podido abandonar Ecuador para viajar a su país.
Con todo, las representaciones diplomáticas continúan las gestiones para poder colocar nuevos pasajeros nacionales en las únicas compañías foráneas que tienen autorizado realizar este tipo de viajes como KLM o Air France, además de sondear «otras soluciones».
HORAS PREVIAS AL ABORDAJE
Desde primeras hora de la mañana llegaron al aeropuerto ecuatoriano, situado a unos 25 kilómetros de Quito, varios pasajeros de diferentes nacionalidades para buscar abordar alguno de los escasos aviones que parten con destinos europeos.
Algunos aguardaban desde la madrugada y otros iban llegando con sus equipajes en autobuses, furgonetas, taxis o vehículos privados.
Incluso un turista francés lo hizo bajo custodia policial al encontrarse aparentemente bajo cuarentena.
En el vuelo de Iberia también viajan a Madrid europeos y ecuatorianos que regresan a España, donde tienen fijada su residencia.
ACABA LA ESPERA PARA RETORNAR A ESPAÑA
Ion Mikel Adbeyaniz, de Vitoria, viajó a Ecuador el 7 de marzo con un grupo de amigos para hacer turismo y la declaración de emergencia sanitaria por el COVID-19 los sorprendió en la región costera.
Por ello, tuvieron que viajar a Quito alertados por la Embajada española, que les indicó que procuraran «retornar a casa lo antes posible», según explicó.
Tras cinco días en Quito a la espera de viajar, este turista indicó: «Por fin nos han dicho que este vuelo nos puede repatriar, gracias al Consulado podemos regresar a España».
Por su parte, la cooperante sanitaria Irene Gómez, de 24 años, relató que los miembros de su equipo, que pidieron ayuda a través de las redes sociales para poder ser repatriados, tienen ganas de regresar aunque lo hacen con cierto temor.
«Vuelves con miedo porque sabes que en Barcelona, Madrid o en el resto de ciudades vas a encontrar un panorama muy duro, vas a trabajar mucho, pero no te puedes quedar aquí sin hacer nada», declaró a Efe.