Desde la semana pasada, en Gobierno Nacional a través del COE, adoptó una serie de medidas radicales, tal como lo han hecho otros países, a fin de evitar la propagación del “COVID19”, en cumplimiento de las recomendaciones que formulara la Organización Mundial de la Salud.
Estas medidas incluyen la prohibición de salir fuera de casa, a los habitantes de todo el territorio nacional, cierre de fronteras aéreas, marítimas y terrestres, suspensión del tránsito terrestre, a excepción de los vehículos institucionales y particulares encargados de garantizar los servicios básicos, a más de toque de queda por las noches.
En general, la ciudadanía del país se halla acatando estas disposiciones, aunque en Guayaquil se han suscitado diversos inconvenientes, en parte debido a la falta de cumplimiento de las normas por una minoría de habitantes de la ciudad y el cantón, y también por falta de coordinación entre los organismos nacionales y las autoridades locales, lo cual no ha hecho más que incrementar el número de contagiados en el Puerto Principal, respecto al resto de ciudades y provincias ecuatorianas, donde por las acciones adoptadas, el ritmo de contagios es inferior.
Lo principal, dentro de la estrategia de cuarentena general de la población, es evitar que la multiplicación exponencial de casos colapse a los servicios hospitalarios y de salud en general, ya que si se toma el ejemplo de países altamente desarrollados y con eficiente estructura sanitaria, como Italia o España, la multiplicación de los casos de Coronavirus, pone en riesgo de colapso a todo el sistema de salud de esos países, es incluso causa contagios en el personal sanitario que atiende a los afectados. Por ello, es necesario tomar conciencia de que quedarse en casa es la manera más segura y efectiva de detener el ritmo de propagación de la pandemia, aunque evidentemente los perjuicios económicos, sociales y hasta humanos son el costo que debemos pagar para defendernos del “COVID19”, con perspectivas de éxito a mediano plazo.
