Más allá de la ciencia y más allá del rol de cuidado, pretender romper “con mucho en contra” es el reto de los nuevos profesionales en Lactancia Materna. Su apasionante propósito en impulsar y sostener esta forma de alimentación natural y primaria, pone un alto, entre tantas cosas, a varias madres clandestinas del morbo cuando ven un seno al descubierto, siendo víctimas cotidianas de la indiferencia, aislamiento y prejuicio que afrontan en el espacio privado y más aún en el público.
Este vínculo que traspasa el terreno de la salud, activa el espíritu aguerrido de quienes le hacen frente y aún con el corazón roto a las miradas egoístas y olvidadizas de aquellos que ignoran y/u olvidaron el mágico efecto que causó en su paladar la primera gota de leche materna.
A la par, nace un niño y nace una madre, dos vidas ancladas por el amor en natura. Él, un lactante a la incógnita e instintiva espera de ser cuidado por quien lleva en su ser la fuente de vida; ella, una amamantadora dispuesta a “dar” su más preciado a lo más preciado.
De seguro en el presente del hoy y del ahora, el ámbito de la medicina reconocidamente se expande por brindar nuevos profesionales hombres y mujeres, idóneos en Lactancia Materna; promesas humanas que más allá de… apuestan por niños y niñas más felices, sanos y seguros, familias más unidas, sociedades más conscientes y derechos tácitos para una madre y su bebé. (O)