Gobierno y coronavirus

La presencia de la pandemia del coronavirus en Ecuador ha llevado al Gobierno a tomar diversas medidas que, comenzando con la declaratoria de “emergencia sanitaria”, ha terminado con una ampliación drástica del toque de queda en todo el país.

Sin embargo, más allá de esas medidas y de otras acciones gubernamentales orientadas a reducir los contagios, hay voces que han puesto en entredicho la eficacia de algunas de estas acciones para combatir el virus; lo que se expresaría en el hecho de que, luego de Brasil, Ecuador sería en este momento el país de Latinoamérica con el mayor número de casos de coronavirus.

Uno de los cuestionamientos más importantes, que se han realizado, tiene que ver con la entrega insuficiente e inoportuna de los recursos económicos para hacer frente a esa enfermedad. Un asunto que sería denunciado, no por ningún opositor político, sino por la persona que hasta hace pocos días desempeñaba el cargo de Ministra de Salud. Pero, también, es una situación que se expresaría en la falta de insumos, camas e implementos necesarios en los Hospitales del Estado, y que originaria reclamos públicos por parte de médicos y otros trabajadores de la salud.

Esas deficiencias no serían fortuitas y, más vale, tendrían que ver con la visión que el Gobierno actual ha tenido respecto a ámbitos de la política social como la salud; pues, a diferencia de otras áreas (como la de “defensa” por ejemplo), el presupuesto para la salud fue reducido significativamente; amén de que sería en el sector público de salud donde se darían precisamente, desde hace varios meses, despidos de personal bajo el argumento de “reducir” el tamaño del Estado.

Se trata de una visión y de argumentos que develan la orientación neoliberal-monetarista del Gobierno; la misma que le ha llevado incluso a que en plena crisis sanitaria que hoy vive el país, y que sin duda tendrá efectos económicos y sociales que afectarán a los más pobres, decida pagar 325millones por los bonos global 2020 y anuncie que será un fiel cumplidor con el pago de los otros créditos internacionales. Y esto a pesar del llamado de los propios organismos multilaterales, como el FMI y BM, para suspender los pagos de la deuda externa y  liberar estos recursos para hacer frente a la pandemia. (O)

REM

REDACCION EL MERCURIO

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