Los modelos educativos virtuales no tendrán éxito si intentan replicar las clases presenciales; y, aunque los objetivos formativos sean los mismos, es necesario un cambio cultural y una adaptación en la producción o edición de materiales que permitan diversificar procesos, metodología y comunicación.
También, es preciso considerar que el acompañamiento en el aprendizaje virtual debe comunicar un sentimiento de cercanía, que conlleve una permanente co-responsabilidad de los docentes ante este nuevo proceso. En este sentido, es importante la retroalimentación; por ejemplo, uno de los requisitos es contestar los mensajes de los estudiantes dentro de un lapso máximo de doce horas. De igual manera, en la calidad de las respuestas del docente está el éxito de un buen proceso formativo, que impulse la curiosidad por conocer, criticar, reflexionar, aportar; sobre todo, por ser más humano. Entonces, se puede concluir que la práctica pedagógica humanista es un factor imperioso en este proceso virtual (O).