Una capacidad limitada para realizar pruebas, 35 médicos para asumir el reto de atender a los contagiados que presenten gravedad y costos duplicados para insumos y medicamentos ponen en jaque al sistema de salud pública en Cuenca, un problema que se replica a nivel nacional.
De acuerdo con el Coordinador Zonal para la Salud, 6.000 pruebas vienen en camino, se ha iniciado procesos de contratación de médicos y se alistan bodegas para un “gran cargamento” de insumos y medicinas pero por ahora estas medidas no van más allá de una expectativa.
Si bien el Ministerio de Salud se prepara para el futuro próximo, las necesidades de la población son inmediatas.
Esto se refleja en un grupo de siete personas que estuvieron en contacto con la primera víctima mortal de coronavirus en Cuenca, de las que hasta la tarde del viernes solo una recibió una prueba para saber si también está infectada. Las demás, aguardan en aislamiento.
Una de las familiares que estuvo en contacto con la víctima mortal es servidora de la salud y en la última semana estuvo en contacto con al menos 300 personas.
Aseguran, sin dar sus nombres por temor a represalias, que cuatro de ellos tienen síntomas respiratorios, dos presentan dificultad respiratoria y por ahora la esperanza de conocer si tienen la enfermedad para poder tratarla es solo eso, una esperanza.
> Pruebas
En Cuenca el único centro que tiene insumos para pruebas de coronavirus es el Instituto Nacional de Investigación de la Salud Pública (INSPI) pero su capacidad es limitada.
El coordinador para la Salud, Julio Molina, indica que en el laboratorio local se hacen 100 pruebas al día, pero corresponden a pacientes de Azuay, Cañar, Morona Santiago, Zamora Chinchipe, Loja y El Oro, a excepción de La Troncal que envía sus pruebas a Guayaquil. A nivel nacional el INSPI tiene 15.000 pruebas en stock.
La clínica Santa Inés vio llegar su último cargamento de reactivos hace 20 días, la última semana no ha podido ofrecer pruebas y la demanda, según el director médico de la casa de salud, Luis Tamayo, hace que la gente “golpee las puertas clamando por ayuda”.
El problema escapa a las autoridades locales. La única empresa que por ahora surte de manera directa de pruebas al Ecuador es Roche, y su gerente nacional de asuntos corporativos, Luis Villegas, asegura que la última semana no recibieron importaciones.
La situación preocupa ya que Roche es también el principal abastecedor de pruebas del sistema público de salud en el país, y no está dispuesta a vender reactivos a quienes no hayan comprado previamente sus equipos, los que pueden alcanzar el precio de hasta 2 millones de dólares.
De acuerdo con Villegas, las limitaciones rebasan su “deseo” de vender las pruebas. Afirma que “no tenemos en este momento reactivos”
“Estamos abasteciendo a quienes tienen plataformas nuestras y no son muchos porque no tenemos capacidad (…) nos llaman a cada día, a cada hora pero tenemos que decirles que no, porque no tengo ni el stock ni el personal” para entregar pruebas, afirma.
De acuerdo con las estimaciones de Roche a nivel internacional, la producción mundial de pruebas cubre a lo mucho un 30 % de la demanda, y Ecuador tiene “problemas adicionales”
El directivo sostiene que la importación de pruebas se autorizó tarde “casi un mes después de detectar el primer caso”, y los vuelos comerciales para la importación de reactivos son pocos, por lo que las cargas tardan en llegar.
El doctor Molina prevé que desde el martes el laboratorio del hospital Vicente Corral pueda ofrecer pruebas para cubrir la demanda en el Azuay. “Esperamos 6.000 (reactivos) para el lunes” acota, pero no hay seguridad de que eso suceda.
El directivo de Roche afirmó que “esta semana no nos llegaron pedidos y ya tengo en contra el abastecimiento al sistema de salud pública” por lo que “no hay certeza” de que las pruebas lleguen. Molina anhela que los reactivos entren a las bodegas del hospital aunque sea “a cuentagotas”.
> Insumos
En el Centro de Alto Rendimiento de Totoracocha se liberan bodegas para una carga de medicinas que llegará desde el Ministerio de Salud Pública, pero cuya compra aún está en proceso.
Mientras esto pasa, los costos de medicinas, insumos y equipos “se han duplicado en el mercado” manifiesta Iván Feicán, gerente del hospital Vicente Corral Moscoso, algo que Molina corrobora.
“Hemos hecho algunas compras, tenemos stock, pero se han duplicado los costos y se espera que este obstáculo se vulnere con la compra corporativa del Ministerio de Salud” indica el coordinador.
ARCSA debe controlar los precios de la medicina, pero por la emergencia, al Ministerio le quedan pocas opciones para comprar más barato. “Lamentablemente hay situaciones en las que el mercado manda” afirma Feicán.
Entre las compras del Ministerio de Salud se cuentan pruebas para coronavirus por hasta 280 dólares y se espera abastecerse de pruebas rápidas, con un costo menor, para unas 613.000 personas a nivel nacional.
> Médicos
Dentro de esta compra corporativa también se incluye la contratación de médicos. Actualmente el hospital Vicente Corral tiene un equipo, para enfrentar el coronavirus, de 35 personas que incluyen galenos y enfermeros. Feicán pide al menos 40 adicionales.
Debido a las medidas de bioseguridad los equipos se dividen en grupos de tres personas, dos de estos equipos trabajan por turno en horarios rotativos de 12 horas de labores y 4 días de descanso, por lo que el personal es escaso.
En el hospital del IESS la situación no es distinta. Desde la dirección nacional se convocó este fin de semana la contratación de servicios ocasionales de personal de salud que va desde especialistas hasta auxiliares de enfermería, sin un número determinado y con el objetivo de reclutar a la mayor cantidad de profesionales posible.
Mientras todo esto se cumple, los familiares de la primera fallecida en el Azuay y sus contactos se mantienen con la duda de si tienen coronavirus, cuál será su futuro y a dónde podrán recurrir si su vida llega a correr peligro.
> Clínicas analizan una demanda antimonopolio
Texto: El director médico del hospital Santa Inés, Luis Tamayo, indicó que junto con varios centros privados del país analizan una demanda antimonopolio contra Roche para exigir que la multinacional venda sus reactivos a quienes no cuentan con equipos de dicha marca.
Los directivos de Roche indican que sus reactivos funcionan solo con sus máquinas, pero de acuerdo con Tamayo “nosotros trabajamos hace 20 días con reactivos Roche en nuestros equipos genéricos sin problemas”. “Esto es un chantaje” acota.
Tamayo aduce que el INSPI no tiene capacidad operativa para abastecer la demanda de pruebas por lo que la intervención privada es necesaria según su criterio.
Roche señala que no cuenta con suficientes insumos para todos y que priorizará a los centros públicos que hayan comprado sus equipos de laboratorio.
Destacado
Este diario intentó comunicarse con el ministro Iván Granda para que rinda su versión sobre el tema pero la entrevista no se concretó. También se envió una pregunta sobre este tema a la Secretaría de Comunicación para las ruedas de prensa virtuales a nivel nacional sin que esta haya sido incluida en los cuestionarios.