La prioridad en este momento es la salud del pueblo ecuatoriano y para ello el gobierno central y los gobiernos locales deben dedicar todos los recursos económicos posibles. Pero, también es fundamental pensar en medidas inmediatas, para sacar adelante la economía. El apoyo a los sectores productivos que hoy sufren un muy duro golpe, es una parte de lo que debe hacerse. La otra es el apoyo igualmente inmediato a los millones de ecuatorianos que viven de lo que día a día consiguen a través de su trabajo y que hoy carecen totalmente de ingresos. Comenzando por los pequeños emprendimientos y siguiendo con el vendedor informal que trabaja en las calles y sitios públicos, merecen un especial apoyo.
Las informaciones oficiales proporcionadas por los voceros del régimen han señalado en estos últimos días que más del setenta por ciento de la actividad productiva está paralizada y que los pocos que quedan, trabajan con enormes restricciones. Son sectores que pese a no producir ni generar ingresos, deberán cumplir en estos días con el pago de sueldos y remuneraciones, además de impuestos y contribuciones destinadas al Estado. Cumplir con todas esas obligaciones sin percibir ningún ingreso, es la tragedia de miles de ecuatorianos.
El gobierno central y los locales han adoptado ya algunas medidas para aliviar por lo menos en parte la situación del sector productivo y la tragedia de los informales que hoy se encuentran en una situación extrema. El diferimiento del pago del IVA o del impuesto a la renta o la posibilidad de acuerdos con los trabajadores para que sus sueldos sean pagados en forma diferida son buenas medidas.Pero todavía quedan medidas para otros sectores que son los que más empleos generan y que todavía no han recibido los incentivos para recuperarse de esta emergencia. Apoyar al sector productivo es, además, apoyar a los miles de trabajadores que allí laboran.