Con una foto de su participación en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, el maratonista azuayo Byron Piedra afirmaba que los organizadores de la edición Tokio 2020 deberían aplazar las competencias “el tiempo que sea necesario para la seguridad y salud de todos”. Su pedido, como el de miles de atletas en el mundo, tuvo eco el pasado 24 de marzo.
En base a la información proporcionada por la Organización Mundial de la Salud sobre el alcance mortal de la pandemia del Covid-19, el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach, y el Primer Ministro de Japón, Shinzo Abe, resolvieron reprogramar el evento para julio y agosto de 2021.
Ahora la expectativa de dirigentes, entrenadores y deportistas se centra en las nuevas reglas y certámenes que guiarán el nuevo camino olímpico. Los organizadores aún no se pronuncian sobre si el 57 % de los atletas que ya estaban clasificados mantendrán la plaza o todo empezaría desde cero. La Asociación de Comités Olímpicos Nacionales (ACON) recibió un comunicado en el que se asegura que se respetarán las plazas y los rankings.
Azuay cuenta con cuatro atletas clasificados: Daniel Pintado y Andrés Chocho, por marca en 20 km marcha; Claudio Villanueva, por ranking en 50 km marcha; y la triatleta Elizabeth Bravo.
La World Athletics precisó que acelerarán la revisión del “actual sistema de clasificación olímpica, en cooperación con el COI, y publicaremos cualquier cambio en el proceso lo antes posible para que los atletas sepan dónde están parados”.
Villanueva celebra el aplazamiento por salud y por bienestar de los deportistas. En su caso, la cuarentena le impedía realizar un entrenamiento óptimo para 50 km. En casa le resulta difícil y casi imposible hacer largas distancias. “Ahora estuve trabajando por tiempos en una caminadora, haciendo 1h00 a 1h30 en la mañana y en la tarde. No es lo mismo que en la calle donde se trabaja por kilómetros”.
“Tranquilos, pero atentos a las diferentes decisiones”
Julio Chuqui es entrenador de Daniel Pintado y de otros cinco atletas a quienes se les ampliará las posibilidades de conseguir el boleto olímpico y paralímpico. Considera razonable la decisión de los organizadores y ya tiene planificado lo que hará cuando termine la cuarentena. Espera que la disminución física no sea profunda con el entrenamiento que llevan a cabo los deportistas en sus respectivas casas.
“La primera semana será de readecuación en el (espacio) exterior. De inmediato haremos un test físico para evaluar: fuerza, velocidad, resistencia y flexibilidad. De inmediato, estaremos muy vigilantes a las acciones y reprogramaciones que se vayan presentando (por los organismos internacionales), porque en función de ellos se trazan los nuevos plazos. Si bien la planificación es única, está compuesta de periodos y etapas, estas se alargan o se acortan en función de las competencias y de su nivel de importancia”.
Manuel Bravo
Para el presidente de la Federación Ecuatoriana de Atletismo, el proceso de clasificación, en la rama, debería empezar desde cero. Se basa en el actual reglamento en el que los deportistas tenían plazo para llegar a Tokio desde enero de 2019 hasta mayo de 2020 en pruebas de fondo y marcha; y desde junio de 2019 hasta junio de 2020, en pruebas de campo y velocidad. “Yo creería que aquí tiene que haber universalidad, todos tienen que estar en igualdad de condiciones. Si pasa un año tiene que volverse a hacer todo”.
Carlos Vele
El psicólogo e integrante del cuerpo técnico de Andrés Chocho, Glenda Morejón y Erica de Sena, clasificados a Tokio, señala que la replanificación de objetivos y metas en base al calendario de las futuras competencias será importante en la motivación de los deportistas. “Ventajosamente tenemos deportistas que ya han pasado por situaciones adversas para llegar arriba… Recién hicimos una evaluación con el equipo de Andrés (Chocho) y todo estará en dependencia de lo que establezca la World Athletic”. (BST)-(D)