TEXTO: Aída Zhingre
FOTOS: Cortesía.
ANTETÍTULO
Sugiere estar preparado con medinas base
EXPERIENCIA
TÍTULO
Mantiene su larga cabellera y con ella su tradicional trenza que lo identifica con su nacionalidad, los Saraguro, de Loja-Ecuador, a la que pertenece. Vive 19 años en Albuquerque- New Mexico, Estados Unidos, está casado con la PhD Naomi Schwartz, con quien han procreado dos hijos, Kihua y Kuri Maita Schwartza, de 15 y 11 años respectivamente.
Su experiencia está vinculada en su mayoría, con la comunidad migrante; entre sus pacientes están cubanos, centroamericanos y latinoamericanos, pero también están nativos estadounidenses, pues según cuenta, allá hay 19 pueblos indígenas que pertenecen al estado de New Mexico. Sin embargo también tiene pacientes vietnamitas.
La última vez que vino a visitar su país natal fue hace 5 años, tenía listo los vuelos y todo para venir en julio pero tras haber sido contagiado con el COVID 19, su espose le pidió cancelar todo y así lo hizo porque la situación de Ecuador que conocen allá es muy triste y preocupante. No descarta venir este año, pero lo hará solo, “creo que me voy a arriesgar, quiero ver a mi familia acá, pues hasta allá solo llega mi madre cada año”, expresó.
El contagio
Se contagió del coronavirus en un viaje que hizo a Nueva York, estuvo un fin de semana en Queens, osea en el centro de la infección. Regresó el domingo en la noche y tres días después empezó a presentar síntomas en su lugar de residencia donde no sólo se habían registrado casos procedentes de otros estados.
La fiebre intensa y escalofríos fueron los el primeros síntomas, en la noche se sumó una tos muy fuerte. Al tercer días decidió ir al hospital para que se le aplique una prueba del coronavirus, le preguntaron las molestias que tenía y a donde viajó, todo calificaba para ser portador, enseguida le dispusieron que se aísle en casa y que regrese para hospitalizarlo sólo si su situación se complica con diarrea, náusea y falta de respiración; después de 3 días le informaron que sus estudios dieron positivo y que debía seguir en la cuarentena, era ya el sexto día de la enfermedad.
Por lo que le dijeron sus colegas y su experiencia, Ángel sostiene que los 7 primeros días se corre el riesgo de sufrir una neumonía que obligue hospitalizarse y complique todo, pero sino, después del séptimo día la posibilidad de recuperación es muy superior a la de empeorar.
Aspectos claves para batallar con el coronavirus considera al estado de ánimo y el fortalecimiento de las defensas, por ello sugiere que la familia no rechace al paciente, que se extremen las medidas de seguridad utilizando máscaras y guantes, lavándose frecuentemente las manos con jabón, cuidando al máximo la limpieza; y por otra parte, ingiriendo mucho líquido, multivitamínicos, vitamina C y D, y alimentándose sano y nutritivo.
Al enterarse que estaba con COVID 19, su familia le huyó y ya no quería hablar con el sino sólo por teléfono, eso lo deprimió mucho, pero finalmente entendió el proceso y lo apoyó. Todos usaban máscaras y guantes, le dejaban el almuerzo y la merienda en la puerta en la planta alta donde se aisló, pero el desayuno se lo preparaba él mismo en la cocina, en la planta baja. No hay más casos en la familia. Él se puede volver a contagiar, pero los síntomas serán más suaves porque ya pasó esta enfermedad, asegura.
“Hay que ponerse máscaras y guantes y se puede hablar con el paciente a dos metros de distancia, También llevarle la comida, no deben aislar totalmente al paciente porque eso es traumático”.
Migrantes
Muchos migrantes están infectados; las complicaciones se dan porque lamentablemente están en estado de desnutrición, no se han preocupado de tener un botiquín básico de acuerdo al sistema de salud estadounidense y porque no cuentan con el apoyo anímico de su familia, y no acceden al acompañamiento médico, es su lectura.
Mientras duró su cuarentena asistió y apoyó a seis emigrantes contagiados, entre ellos una pareja de saraguros de su pueblo San Francisco, a uno de ellos de 60 años, tuvo que pedirle este jueves que busque hospitalización porque se complicó su sistema respiratorio y requería de apoyo con oxígeno.
Botiquín
El soporte de la recuperación de este médico migrante fue su botiquín en el que contaba con los medicamentos que considera elementales. Sugiere para poder controlar los síntomas mientras se busca al médico: para la tos, dextromethotphan 30 mg/guaifenesin 600 mg, una cápsula cada 8 o 12 horas según las molestias, u otro medicamento para la tos que usualmente viene en combinación de acetaminofén, doxilamine y phenylephirine y que se vende sin receta en Estados Unidos.
También, medicinas para la diarrea y la náusea. Él ingirió, acetaminofén de 1.000 mg, cada 6 horas, si eso no es suficiente dice, una dosis de ibuprofeno de 600 u 8000 mg con un intervalo de dos horas para el dolor de cabeza y malestar del cuerpo después del tylenol está bien, pero máximo dos dosis, aseguró. El galeno terminó la cuarentena el miércoles y ayer se reintegró a su trabajo.
¿Quién es Ángel?
Ángel Salvador Maita Zapata es médico, de nacionalidad ecuatoriana-americana; indígena Saraguro, vivió su niñez y juventud en el barrio San Francisco y estudió hasta parte del colegio en el cantón Nangaritza, provincia de Zamora Chinchipe; se graduó en el colegio Bernard Valdiviezo en Lona y luego se graduó de doctor en medicina general en la Universidad Nacional de Loja, en el año 2000.
Fue a los Estados Unidos, donde luego de tres años de prepararse en el inglés, continuó sus estudios a nivel de postgrado en medicina y cirugía, cuenta con una especialización medicina familiar y comunitaria en la University od New Mexico School of Medicine, y un diplomado en reumatología. Trabaja en University of New Mexico Hospital y en Urgent Care Clinic.
Es PhD en Medicina Familiar, título obtenido en University of Nebraska Medical Center, entre otros títulos.
DETALLES
- La mayor molestia para Ángel Maita fue la tos, asegura que de no haber tenido medicina para esto, habría entrado en pánico e ido al hospital con el riesgo de contaminarse más, “parecía que el pulmón se iba afuera”, expresó desde su encierro.
- Hay que educar a la comunidad para que no le coja de sorpresa y la situación empeore como. Hay que tener medicación para la tos, dolor de cabeza, fiebre, náusea y diarrea. No usar nebulizador porque el virus se expande.
- Los síntomas se pueden controlar en casa entre los primeros 4 o 5 días, caso contrario puede empeorar y requerir de un hospital. No recomiendo nada de antibióticos porque eso dependen mucho del paciente, sostuvo el médico.
- Evitar la deshidratación es importante porque puede haber daños renales, tomar de 2 o 3 litros diarios de agua es la recomendación, puede ser té de manzanilla con miel de abeja, o hacer suero oral. Tomar vitaminas antes de enfermar.