Ecuador, de los países más castigados del mundo per cápita por el COVID-19, llega a la Semana Santa sumido en su propio calvario, que ha obligado a suspender, como en muchos otros países, cualquier celebración que exija la aglomeración de personas en las calles o centros de culto.
Todos los actos presenciales de Semana Santa en Ecuador han sido cancelados por las autoridades, y entre ellos, la emblemática procesión del «Cristo del Gran Poder», en Quito, y la no menos multitudinaria del «Cristo del Consuelo» de Guayaquil.
«Este año lo haremos de una forma diferente al estar imposibilitados de acudir a nuestras iglesias. Participemos en las diferentes celebraciones que, por medio de los diversos medios de comunicación social o las redes sociales, nos permitirán unirnos con toda la Iglesia que celebra la Pascua del Señor», reza un comunicado de la Arquidiócesis de Quito, Primada del Ecuador.
Así, todas las misas y oraciones serán retransmitidas por distintos canales, a los que los fieles han sido convocados con la «misma solemnidad» que si acudieran a los templos.
«Puesto que no se trata de un espectáculo televisivo o de diversión, sino un encuentro con el Señor, participemos con nuestros gestos y palabras: poniéndonos de pie, cantando, respondiendo a las invocaciones y antífonas y todo aquello que corresponde al tiempo celebrativo en el que participamos», indica un manual difundido por la Iglesia de Quito.
Y a modo casi de anécdota, instruye también a «Vestirnos adecuadamente, no con pijama», dado que la población ecuatoriana está obligatoriamente recluida en sus casas desde el pasado 16 de marzo.
Desde que se detectara el primer caso el pasado 29 de febrero, Ecuador está en una espiral de contagio que ya afecta a 3.465 personas y que se ha cobrado las vidas de 172.
Epicentro nacional de la pandemia es la provincia del Guayas, con 2.402 positivos y 122 fallecidos, una cifra que las autoridades creen que podría crecer hasta «entre 2.500 y 3.500» muertos, según el jefe de Estado, Lenín Moreno.
La tradicionalista Guayaquil, capital de Guayas, tampoco tendrá actos públicos por Semana Santa, en la que decenas de miles de personas solían seguir los pasos del «Cristo del Consuelo» tras el arzobispo Luis Cabrera.
Pero en estos momentos difíciles el religioso no ha querido dejar de impartir las bendiciones que tanto necesita la ciudad, y por ello anunció que lo hará desde un helicóptero con la imagen de la venerada figura para bendecir a «tan golpeado pueblo» y abogar por la solidaridad.
«Si no hay la mano generosa, la mano solidaria, venga de donde venga: del Estado, de la empresa privada, de los vecinos, para esas personas (la situación) es muy difícil», declaró a Efe el prelado sobre la situación que atraviesa la segunda urbe del país.
El primer vuelo será el Jueves Santo de 08.30 a 10.00, y el segundo el Viernes Santo a la misma hora en la que se solía celebrar el popular Vía Crucis.
La Semana Santa ecuatoriana, particularmente la quiteña, es una de las más emblemáticas de América, con procesiones que suelen arrastrar a decenas de miles de fieles.
La de Quito es también la única del mundo que celebra hasta ahora el tradicional «Arrastre de Caudas», un antiguo ritual funerario romano.
La eucaristía del Domingo de Ramos, celebración con la que arranca la semana pascual, será retransmitida desde las 07.30 a través de la televisión ecuatoriana, grabación que se reproducirá nuevamente a las 09.30 y 11.00, por otros medios de comunicación.