Confieso no haber sido hasta ahora muy proclive a utilizar las redes sociales, donde cada cual pone lo que le parece. Para enterarme del acontecer diario prefería los medios tradicionales, más cuidadosos de la responsabilidad ulterior. Pero su dedicación noticiosa exclusiva y atosigante a la pandemia, unida a las restricciones impuestas para frenarla, me empujaron hacia el mundo virtual. Encontré tres temas de diferente índole, aunque relacionados con el problema sanitario, que merecen destacarse.
El primero se refiere al notable incremento en la utilización del internet los 45 días pasados: por la educación en línea, el trabajo a distancia, el comercio electrónico, la telemedicina. Fenómeno que según los expertos no retrocederá a su origen sino continuará creciendo.
El segundo asunto al cual quiero referirme es el discurso del premier ruso, Vladimir Putin, pronunciado ante su ejército el 17 de marzo pasado. “Estoy cansado de preguntar a los líderes del mundo, cómo se les ocurre urdir el plan diabólico para reducir deliberadamente la población universal, a costa de vidas inocentes y corrompiendo la mente de los jóvenes y oprimidos. Exijo den marcha atrás y hagan que su prensa comience a decir la verdad. Caso contrario deberán enfrentar la ira de Dios y la historia”. Les acusa de crear guerras sicológicas, armadas y bacteriológicas como el coronavirus.
Por último muy comentada fue la decisión del gobierno norteamericano, de incluir en la lista de narcoterroristas al presidente venezolano, Nicolás Maduro y varios colaboradores cercanos, al tiempo de poner precio a su captura. Los implicados consideran intento de atacar militarmente al país, aunque analistas lo dudan mientras tenga el respaldo soviético, chino, iraní, cubano y otros Estados opuestos a la hegemonía de la potencia norteña.