En 2019, antes de ir a Lima a participar en los Juegos Panamericanos, Claudio Villanueva le hizo una promesa a la Virgen. Si ganaba, se rapaba la cabeza y regresaba al Ecuador en bus. Después de conseguir la presea dorada en 50 km, retornó en avión con el resto de la delegación.
“Voy a decirle a Virgencita que me perdone”, confesó en su momento. El 50 % de la promesa lo cumplió en esta cuarentena. “Me rapé la cabeza también por los niños de cáncer que están luchando día a día”, subraya.
A la par de sus entrenamientos, continúa con el negocio familiar de fideos en casa. Admite que las ventas han bajado, pero los pocos pedidos que le llegan por WhatsApp (0980260564) los despacha sólo los miércoles, por el pico y placa. Además, procura no exponerse demasiado por su salud y la de los suyos. La funda de una libra cuesta un dólar. (BST)-(D)