En estas condiciones de la pandemia y arresto colectivo, su Ministerio aspira, fuertemente, a que los alumnos de escuelas y colegios sigan sus estudios a través de las plataformas digitales y solo de modo subsidiario por la radio y televisión. Sin embargo debería ser al revés porque el 60 % de los niños, niñas y jóvenes del país (que en 15 días deben en la Sierra continuar y en la Costa empezar el año escolar) carecen de acceso a la tecnología: no tienen un computador en casa o no tienen internet.
Las cifras son del Fondo de las Naciones Unidas para la Niñez (UNICEF) y lo confirman los maestros. Las plataformas digitales e internet son soportes de comunicación formidables para fomentar el aprendizaje, pero estamos en un país donde la mayor parte de la población tiene muy altas carencias y entre ellas el acceso a la red. Sin embargo hay un buen medio para suplirlo: la respuesta es la teleeducación por una vía muy simple. Para qué diablos tiene el Estado canales de televisión públicos y canales intervenidos.
Si tiempos de la correa sirvieron para la propaganda, ahora es la oportunidad de que sirvan para algo útil. Las clases para los chicos se podrían transmitir por medio de la televisión pública y los canales intervenidos y tampoco, como se subraya, es tan difícil.
