Soñando que se acerca el final de la cuarentena para cuencanos y azuayos he pensado en visitar los lugares más bonitos que encantan generalmente a todas las personas, primero y antes que nada recorrer por las orillas de los cuatro ríos de Cuenca: El Tomebamba desde Sayausí hasta el Descanso; el Yanuncay desde San Joaquín hasta cuando forma el río Cuenca; el Tarqui al paso por la ciudad, igual el Machángara, sus orillas están llenas de belleza y encanto; quiero comprobar si se han repuesto, si están más limpios, luego sueño con caminar por la ruta uno desde la laguna La Toreadora pasando por la Patoquina hasta salir a la casa vieja de Lizardo Guevara.
Sueño con caminar desde Tres Cruces por el cerro Paragüillas pasando por Baute hasta llegar a la población de Patul, pero quizás el mayor sueño es ir desde Migüir hasta las lagunas Las Pampeadas, y las lagunas Escondidas. Estas son rutas que no exigen un mayor esfuerzo pero que están cargadas de enorme belleza, luego por la cuenca del Machángara llegar a la represa de Saymirín y del Labrado, lugares que también guardan un misterio y una belleza sin igual.
Soñando despierto quisiera un reencuentro con mi amigo andinista Galo Carrión para seguir visitando estos parajes de singular belleza, irnos a la naciente del río Tarqui a Quimsacochas, caminar por Soldados hasta la laguna Estrella Cocha y desde allí a las Ventanas. Visitar a nuestros amigos de Can Can, de Pimo y Tangeo, quedándonos a meditar frente al inmenso páramo en las cimas de Galgal. También si queda el tiempo llegar a la cuchilla del Moriré pasando por el Sígsig y a los páramos de la Virgen sobre la ciudad de Gualaceo, para decirle a la naturaleza que le respetamos, que hoy le cuidaremos más que antes.