En tanto el populismo siga sembrando el caos en cada plaza, esquina o barrio periférico, la saga del corona virus aumentará como muestra de su ignorancia. Jamás hubiera imaginado a médicos bailando en la calle al frente del Hospital en el que la gente necesita silencio y su presencia solidaria. La biblia dice: “Hay un momento para hacerlo bajo el cielo/ tiempo para abrazar y tiempo para abstenerse de hacerlo. No se trata del reparto indiscriminado de mascarillas y guantes que luego contaminarán aún más nuestro planeta; no, no se trata de regalar sin ningún criterio, con ese paternalismo tan criticado en otros días las verduras y las frutas que luego se habrán de pudrir en los calores infernales de otras tierras. No se trata de no ser solidarios, se trata fundamentalmente de ¡predicar con el ejemplo! tiempo habrá para las dádivas. Por otro lado, la amenaza de despido a miles de trabajadores se cierne sobre el cerebro y aumenta la tensión psicosocial que vivimos. Son indispensables los consensos, la creatividad, el apoyo real de unos y otros. El mundo cambió y si no reaccionamos con entendimiento e inteligencia nuevos virus atacarán y nuevas calamidades habremos de soportar si sobrevivimos a ésta. Paciencia, amigo mío, cuidemos nuestro entorno. Aprendamos cada instante, este receso que obliga la tierra es para ello. Nunca como hoy la certeza de que juntos seremos una sola familia o desaparecemos en el intento. Es un hecho.
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