El Fondo Monetario Internacional está instando a los Gobiernos de todo el mundo a que consideren la posibilidad de aplicar impuestos sobre el patrimonio para aumentar los ingresos a medida que la pandemia de coronavirus golpea las economías.
En un análisis político sobre «Asuntos Fiscales«, publicado a principios de este mes, el FMI explicitó que los responsables políticos deberían revisar el aumento de los impuestos sobre la renta, la propiedad y el patrimonio, basado en el modelo de «sobretasa de solidaridad», según especifica la Organización.
De esta misma forma, para los ciudadanos, el FMI alentó la reducción de los impuestos sobre la nómina, así como las transferencias de efectivo para ayudar a los más afectados por la pérdida de empleo u otras circunstancias.
La recomendación del FMI de un impuesto sobre el patrimonio marca un duro giro para una institución que durante mucho tiempo impulsó los recortes de impuestos como un elemento central de su programa de políticas para los países en desarrollo.
Pero, según The Guardian, la evidencia del crecimiento inexistente de los últimos años ha obligado al FMI a cambiar de marcha y empezar a proponer planes para ayudar a reducir la brecha entre los más ricos y el resto.
De hecho, la directora general del FMI, Kristalina Georgieva, también se ha pronunciado al respecto escribiendo a principios de año en una entrada en su blog: «Desigualdad de oportunidades. Desigualdad entre generaciones. Desigualdad entre mujeres y hombres. Y, por supuesto, desigualdad de ingresos y riqueza. Todas ellas están presentes en nuestras sociedades y, lamentablemente, en muchos países están creciendo».
Georgieva ha señalado que los gobiernos deben ayudar a los trabajadores despedidos y aumentar los seguros de desempleo, y exhortó a promover «transferencias de liquidez, subsidios de empleo y alivios tributarios«, además de una baja de las tasas de interés y apoyo financiero para los mercados por parte de los bancos centrales.
Una idea promovida por Bernie Sanders y Bill Gates
En Estados Unidos, los senadores demócratas Elizabeth Warren y Bernie Sanders también han ayudado a impulsar los impuestos sobre la riqueza en sus campañas presidenciales descaradamente progresistas. Pero también ha sido una medida promovida por Bill Gates, el hombre más rico del mundo, quien ha insistido en subir los impuestos a los ricos:
«Hemos actualizado nuestro sistema tributario antes para estar al día con la evolución de los tiempos, y tenemos que hacerlo de nuevo, empezando por aumentar los impuestos de personas como yo«, reconoce.
Ambos querían utilizar los impuestos sobre el patrimonio como un mecanismo para frenar la desigualdad creciente y reducir las fortunas de los multimillonarios para financiar propuestas generalizadas para la atención sanitaria y la eliminación de la deuda de los estudiantes. Y, de hecho, podrían utilizarse como fuente de financiación para cubrir el gasto público durante la pandemia.
Estados Unidos ya ha gastado más de 6 billones de dólares (5.500 millones de euros) para proporcionar un alivio económico urgente a las empresas y a los individuos a través de una combinación de subvenciones, beneficios de desempleo ampliados y cheques de estímulo, según The Washington Post.
Según el FMI, la pandemia podría llevar a un colapso económico que rivaliza con la Gran Depresión. El producto interno bruto global caerá alrededor del 3% este año, y podría caer más bajo si no se detienen los brotes que podrían extenderse hasta 2024, especificó.
Ante esta situación, Georgieva anunció este lunes que la Organización podría necesitar proponer «medidas excepcionales» para ayudar a las naciones a aliviar los efectos económicos de la pandemia.