El precio del petróleo intermedio de Texas (WTI) abrió este jueves disparado un 21,55 %, hasta los 16,75 dólares el barril, tras cerrar la sesión del miércoles con otro repunte del 19,1 %, mientras las tensiones en Oriente Medio espolean los precios y el límite en el almacenaje deja entrever un recorte en la producción que podría dar algo de equilibrio a los mercados.
A las 9.15 hora local de Nueva York (13.15 GMT), los contratos futuros del WTI para entrega en junio el crudo sumaban 2,97 dólares con respecto a la sesión previa del miércoles.
Los precios del oro negro subían de nuevo y los inversores continúan con la vista puesta en la política exterior de la administración del presidente de EE.UU, Donald Trump, quien ordenó ayer a su Armada la destrucción de naves iraníes si se sentía amenazada en el Golfo Pérsico, lo que los analistas han interpretado como una jugada geopolítica en una zona clave para el abastecimiento de crudo.
Generalmente, según apuntan los expertos, las tensiones en esta zona suelen derivar en frenazos en la producción del Golfo Pérsico, algo muy deseado en este contexto en el que la capacidad mundial de almacenaje está al límite en un mercado “inundado” por el exceso de oferta y la escasa demanda por los parones económicos y las medidas de confinamiento vigentes en buena parte del mundo.
“He ordenado a la Armada de EE.UU. que derribe y destruya todos y cada uno de los cañoneros iraníes si llegan a hostigar nuestros barcos en el mar”, tuiteó Donald Trump.
Los bajos precios del crudo estadounidense y la falta de espacio para almacenarlo invita a los inversores a pensar que pronto se producirán más cierres en pozos estadounidenses, lo que significaría que Estados Unidos podría reducir su flujo de petróleo e intensificar los recortes en la producción mundial, que ya ha sufrido un ajuste tras el acuerdo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus aliados, que acordaron rebajar su bombeo en 9,7 millones de barriles por día (bpd).
En este sentido, otro factor alcista en la apertura fue que los entes reguladores de Oklahoma, donde se sitúa el mayor punto de entrega de petróleo de Estados Unidos, anunciaron ayudas a los productores que cierren sus pozos.
La demanda de crudo de las refinerías de Estados Unidos está más de 4 millones de bpd por debajo que en el mismo período del año pasado, una situación que se ve agravada a medida que se agota la capacidad de almacenaje, aunque los productores están haciendo hueco a un ritmo “nunca antes visto”, según los analistas.
Se calcula que las medidas de confinamiento han reducido la demanda en unos 21 millones de bpd en el segundo trimestre de 2020, según datos de Rystad Energy. EFE