“En lugar de atacar el trabajo, tenían otras alternativas”

ENTREVISTA

¿En las leyes presentadas por el Gobierno se apunta a la jornada laboral y disminución de salarios, como analiza esta situación?

Para analizar el impacto de las nuevas medidas económicas para paliar la crisis fiscal ocasionada por la pandemia y el derrumbe de los precios del petróleo, se debe analizar los indicadores de pobreza y empleo existentes en el país. La pobreza por ingresos ya afecta al 25% de ecuatorianos y de estos al 10% en categoría de pobreza extrema; por necesidades básicas insatisfechas afecta al 34.2% de la población, de estos al 17% en pobreza extrema; y en pobreza multidimensional al 38,1%.

Vale decir en síntesis que de cada 10 ecuatorianos cuatro están en condiciones de pobreza; a esto hay que agregar que en promedio el 4% de la Población Económicamente Activa se encuentra en el desempleo; y alrededor del 50% en el subempleo.

En estas condiciones reducir los salarios y flexibilizar las relaciones laborales bajo una modalidad inexistente que el Gobierno la denomina acuerdo entre las partes además de la fijación de la jornada laboral y disminución salarial como la empresa lo defina, resulta altamente contraproducente para la estructura del empleo, situación que repercutirá en el aumento del desempleo, subempleo, pobreza y extrema pobreza.

¿Con estos antecedentes en qué se embarca la crisis económica del país?

La crisis económica en la que se encuentra el país, se embarca en una espiral negativa, pues la relación entre oferta y demanda se rompe radicalmente, pues la producción al final del día no tendrá consumidores, ya que estos no contarán con liquidez para su acceso, lo cual a su vez repercutirá en la quiebra de múltiples empresas y emprendimientos.

¿Qué pasará con las familias, ya que se reducen los ingresos que perciben, debido a que las empresas no tienen como cancelar sueldos completos?

El gran problema que nos vemos los ecuatorianos de la clase media hacia abajo es la falta de liquidez, no vamos a tener los recursos para acceder al consumo de los productos de la canasta básica familiar, y esto generará índices de pobreza. Cada familia tendrá que generar estrategias de sobrevivencia, informalidad, etc. Esto, es un temor en términos de sociedad, porque no iremos a ningún lado más que la lucha por la sobrevivencia, y eso no es desarrollo. El escenario tal como está previsto desde los niveles de Gobierno son calamitosos.

¿Creé que estas medidas laborales, que ciertamente dan la batuta a las empresas para que lleguen a acuerdos con los trabajadores, generarán abusos?

Aquí entra un concepto que se llama la responsabilidad social de una empresa, sin duda existirán empresas que aprovechen la coyuntura para ajustar salarios, plantas, temas de despido, etc., también existirán otras que respalden a sus trabajadores, pero el problema será que esas relaciones están dejándose en manos del Estado, y no se está legislando sobre aquello, no se está normando, por tanto no se está protegiendo a los trabajadores.

¿El Estado tiene otras alternativas ante la crisis?

En lugar de atacar el trabajo, creo que el Estado tenía otras alternativas para nutrirse de fondos y beneficiar la estabilidad laboral y de las empresas. Uno de los puntos básicos es la renegociación de la deuda externa, pero no exclusivamente en términos de postérgala a un mes como está haciendo el Gobierno, sino renegociar absolutamente el paquete de la deuda externa en términos generales, y de intereses.

El Gobierno debe plantear una renegociación de los contratos petroleros; tenemos que hacer negociaciones con la Unión Europea, y con la Cooperación Internacional para conseguir fondos no reembolsables que apunten a mitigar la pobreza y la pobreza extrema.

Exigir a las grandes empresas que tienen sus capitales fuera del país para que paguen sus impuestos que están adeudando, ahí existen como 2.000 millones de dólares.

Se debe reducir el Estado, pero no despidiendo funcionarios públicos a lazar como se está haciendo, sino se debe suprimir lo que se denominan los puestos políticos, es decir aquellos puestos que están en relación directa con quienes gobiernan.

Si hacemos cuanta de todas estás observaciones, hablamos de por lo menos 4.000 millones de dólares que serían la alternativa de lo que se quiere recaudar.

¿Con estos recursos que áreas se tienen que priorizar?

El sistema de salud pública porque sino solucionamos la pandemia, no vamos a solucionar el aparato productivo. El aparato productivo tiene que estar respaldado por el sistema de salud pública.

También la seguridad alimentaria, que debe enfocarse a dos lectores, uno los pequeños productores del agro, rurales, agrícolas; y dos proteger a la pequeña industria, además que su producción es necesaria para subsistencia, hay está el empleo. (BPR)-(I)

Andrés Mazza

Periodista y fotógrafo. Escribe sobre cultura, educación, migración y astronomía.

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