Redacción El Mercurio Web
Hay incertidumbre entre los comerciantes mayoristas y minoristas que hasta antes del 6 de abril trabajaban en El Arenal y después de ese día fueron trasladados hasta los alrededores de la plataforma de Narancay, dado que el Municipio de Cuenca procedería a desinfectar los espacios en donde se emplazaba la Feria Libre.
La idea era que los comerciantes retornaran luego de la desinfección, pero no sucedió. Tanto mayoristas como minoristas se establecieron en el Control Sur y lo que había sido un lugar medianamente ordenado se convirtió en un mercado desorganizado: camiones parqueados por dondequiera, la gente aglomerada y las aceras ocupadas por puestos de venta.
Más al respecto: El Municipio realizará pruebas rápidas a los comerciantes de El Arenal
La Policía Nacional, a través de la Gobernación del Azuay, intervino para controlar la situación y aunque hubo una leve mejoría, los habitantes del Control Sur y Narancay denunciaban a diario el desorden y su preocupación porque el lugar podría servir para que el COVID-19 se expandiera entre los cientos de personas que caminan por allí.
El ánimo de los comerciantes de pronto se minó cuando el 26 de abril se conoció que 37 personas que trabajan en el mercado sin orden tenían el nuevo coronavirus. El alcalde Pedro Palacios había informado el 26 de abril que se había decidido realizar 1 200 pruebas rápidas a todos los comerciantes y trabajadores que se encontraban en el Control Sur.
La finalidad de ello estaba relacionada con la reapertura de El Arenal. Palacios había explicado que si el mercado más grande de Cuenca iba a volver a funcionar, sus comerciantes debían saber si estaban o no contagiados con el coronavirus.
«Tanto mayoristas como minoristas se establecieron en el Control Sur y lo que había sido un lugar medianamente ordenado se convirtió en un mercado desorganizado».
Las primeras pruebas se realizaron el 25 de abril. Docenas de personas empezaron a trasladarse desde el Control Sur hasta El Arenal para saber si eran portadores del virus. La mayoría de ellos empujaba los carritos que solían usar para trasladar los alimentos de un puesto al vehículo del comprador, por la avenida de las Américas.
Según el Municipio de Cuenca, el primer día se realizaron 244 pruebas y con ello la preocupación se extendió por toda la ciudad: el 26 de abril se informó que de las pruebas llevadas a cabo los resultados positivos recaían en 37 personas. Ese mismo día, Pedro Palacios informó que se suspendían las actividades en Narancay para desinfectarlo.
Ni aquí ni allá
Ni en El Arenal ni en Narancay. Por ahora no hay un lugar definido y el panorama no es tan claro para los mayoristas, quienes proveen de los alimentos a los minoristas para que vendan a la población.
Y además de la incertidumbre y el desconocimiento de los comerciantes, no hay un plan claro de cómo pueden trabajar los mayoristas sin incomodar a la ciudadanía. La falta de respuestas ha desencadenado en nuevo desorden y en el esparcimiento de los vendedores.
La madrugada de este 27 de abril, la Policía Municipal tuvo que acudir a tres sectores de la ciudad pues la situación, una vez más, se estaba yendo de las manos. En los alrededores de El Arenal, Narancay y en la avenida Enrique Arízaga los vendedores intentaron asentarse para comercializar sus productos.
No obstante, la Guardia Ciudadana tuvo que retirar a todos los comerciantes que viven diferentes realidades. Unos viven de lo que venden en el día, otros cargan cientos de alimentos en los camiones para vender al por mayor y están las personas que compran para abastecer a los mercados más pequeños.
Por ahora hay más preguntas que respuestas que en la medida de lo posible deben ser respondidas esta semana, sin embargo, hay una que ronda en la ciudad: ¿cuántas personas se contagiaron en Narancay?