Las protestas en Chile contra la desigualdad y el Gobierno habían estado suspendidas unas semanas por la pandemia del coronavirus, pero varios grupos de personas salieron la noche del lunes a manifestarse en distintos puntos de la capital, lo que terminó con más de 60 detenciones y 10 heridos.
La protesta más concurrida tuvo lugar en Plaza Italia, la rotonda del centro de Santiago donde el pasado octubre estalló la grave crisis social y donde un centenar de personas se congregaron el lunes pese a que las reuniones de más de 50 personas están prohibidas en el país por la emergencia sanitaria.
«Se les comunicó que estaban contraviniendo la norma (sanitaria), hicieron caso omiso y se procedió a la detención y al despeje de esa manifestación», explicó a los medios Raúl Solís, coronel de la prefectura Oriente de Carabineros (Policía chilena).
Según los medios locales, entre los detenidos se encuentra el médico Pablo Sepúlveda, nieto del expresidente Salvador Allende, derrocado en 1973 por un golpe de Estado liderado por el general Augusto Pinochet.
«Nosotros nos manifestamos contra el sistema, pero con cuidado, no estamos llamando a la gente a no respetar las medidas sanitarias, pero sí a despertar. Esto es un sistema que está colapsando en todo el mundo», aseguró Marcelo Montenegro, vocero del movimiento ciudadano Chile Digno.
Chile se encuentra bajo el estado de excepción, con toque de queda desde las 22.00 horas, con las clases suspendidas, con las fronteras y los comercios que no sean de primera necesidad cerrados y con varios barrios y ciudades en cuarentena.
Desde que se detectó el primer caso de Covid-19 en el país, se han registrado hasta este lunes un total de 13.813 contagios y 198 muertes, aunque el Gobierno ya está planificando cómo volver a una cierta normalidad en los próximos días.
También hubo protestas en La Florida, un popular barrio del sur de Santiago, donde una treintena de personas se manifestaron contra Carabineros, que el lunes celebró 93 años desde su fundación entre graves señalamientos por parte de organismos internacionales de haber cometido violaciones a los derechos humanos durante el estallido.
De acuerdo a los medios locales, individuos armados que viajaban en un automóvil abrieron fuego contra el grupo de manifestantes y al menos 10 personas fueron trasladados hasta el hospital, aunque se encuentran fuera de peligro.
«No estábamos en la calle, estábamos en la vereda y en un momento se sintió una cantidad de disparos y empezó a caer la gente», dijo a la radio Bío Bío una joven presente en la concentración.
Se trata de la noche más convulsa desde hace semanas, cuando las protestas a favor de mejores servicios básicos y en contra del desigual modelo económico entraron en una especie de receso, aunque los expertos auguran que se reactivarán cuando pase la pandemia.
El estallido, el más grave desde el fin de la dictadura de Pinochet (1973-1990), dejó una treintena de heridos y miles de heridos, además de episodios de violencia extrema con saqueos, incendios y destrucción de mobiliario público. EFE