La administración del club Liga de Quito aseguró este viernes que su principal referente, Antonio Valencia, donó su salario a los empleados del club, y otros jugadores también siguen acercando su ayuda ante la crisis que soporta Ecuador debido a la pandemia del coronavirus.
«Cuando les dijimos a los jugadores que les vamos a retener un porcentaje del sueldo, Antonio Valencia me dijo: «Esteban, no te preocupes por mí, yo tengo la vida arreglada. Toma mi mensualidad y págale a la gente de administración, que vive de su sueldo»», resaltó Paz a los periodistas.
Paz no reveló la cifra y tampoco lo hizo el jugador, que fue capitán del Manchester United, si bien fuentes del club aseguran a los periodistas que la mensualidad de Valencia bordea los 100.000 dólares.
Además de la reciente donación, Valencia donó en abril pasado miles de trajes biodegradables, guantes y mascarillas.
Otros futbolistas locales también han prestado ayuda, especialmente a los habitantes de los sectores más necesitados, como en el caso del portero Máximo Banguera.
El exportero barcelonista, de la selección ecuatoriana y refuerzo actual de El Nacional, «tiene por característica brindar ayuda», y «actualmente viene haciendo entrega de productos de primera necesidad en sectores muy afectados», precisó a Efe uno de sus colaboradores.
Durante el estado de excepción decretado en Ecuador el pasado 16 de marzo, los futbolistas han mostrado solidaridad a la par que veían una reducción de sus sueldos hasta en un 50 por ciento y otros prácticamente no han cobrado sus salarios en el 2020.
El atacante argentino Maximiliano Barreiro, de Liga de Portoviejo, que retornó recientemente a Argentina, salía por las mañanas en una camioneta repleta de productos y «regresaba con la satisfacción de haber donado todo» mientras estuvo en la ciudad portuaria de Manta en plena pandemia.
Los referentes del fútbol ecuatoriano que militan en clubes del exterior como Enner Valencia (Tigres-MEX), Jefferson Montero (Birmingham City inglés), Jaime Ayoví (Godoy Cruz-ARG), entre otros, también han mostrado su espíritu de solidaridad enviando miles de mascarillas, guantes, trajes biodegradables y canastas alimenticias.
La mayoría de los futbolistas locales provienen de sectores donde la carencia es el credo diario, desde donde algunos lograron romper la pobreza involucrándose en el fútbol.
Y muchos lo hicieron tras grandes esfuerzos, caminando kilométricos recorridos para poder llegar a los entrenamientos porque no disponían los treinta centavos de dólar que costaba el colectivo. EFE