Tener 45 mercados en diferentes sectores urbanos y rurales es el objetivo del Municipio de Cuenca para evitar aglomeraciones y frenar los contagios de coronavirus o Covid-19. Ahora hay 12 de estos espacios.
Asimismo, como una medida inmediata de prevención, la municipalidad señaliza los actuales centros de abasto para garantizar que entre las personas haya de 1,50 a dos metros (m) de distancia mínima.
Esta señalización inició a finales de abril en la plataforma de Miraflores, en donde se pintaron camineras unidireccionales para ordenar el ingreso y salida, y así prevenir el contacto personal. Allí hay 532 puestos.
“Círculos de vida” generan mayor seguridad
Esto se reprodujo en la explanada en Totoracocha, que atiende de lunes a viernes, de 07:00 a 12:00. Algo similar se hizo en el mercado El Arenal y también se lo hará en las plataformas de Las Orquídeas y Narancay.
Marcelo Alvarez, de la Dirección de Mercados y Comercio Autónomo, declaró: “definimos que el distanciamiento social es prioridad uno y en los mercados tenemos que garantizar esto (…)”.
Pero también el cabildo ha dispuesto un protocolo para exigir a todos los comerciantes y clientes que usen mascarilla y guantes, al igual que alcohol o gel antiséptico.
De igual forma no se permite el ingreso a menores de edad, embarazadas y adultos mayores. De este control se encarga la Guardia Ciudadana de Cuenca (GCC).
“Los mercados tienen que ser reducidos de su tamaño, por lo que hay que crear más espacios de comercio, es una atomización de los mercados, hacer mercados más pequeños y muchos en la ciudad…”, destacó.
El municipio de forma paralela a estas acciones inició un proyecto con las juntas parroquias para que en sus jurisdicciones organicen áreas de ventas, por ejemplo, en unidades educativas que han quedado sin uso.
Plataformas tendrán círculos de vida
La municipalidad de igual manera tiene un plan de cierres provisionales de los mercados en caso de que se detecten casos de coronavirus. Esto ha ocurrido con el Doce de Abril y el Diez de Agosto.
Este último ayer reabrió sus puertas luego de un proceso de desinfección porque la semana pasada una comerciante murió con este virus. El 6 de abril también fue cerrado por un hecho similar.
Mariana Zhagui es comerciante del mercado Veintisiete de Febrero y señaló que han resuelto mejorar la organización y salubridad de este lugar como una medida para atraer a los clientes.
“Lo que buscamos es sacar algo positivo de esta enfermedad, que nos deje mejores costumbres y hábitos para quienes vendemos, pues nuestro deber es ayudar a cuidar la salud pública…”, expresó.
Juan Mario Moscoso, epidemiólogo, afirmó que la decisión del municipio de organizar pequeños mercados para evitar acumulación de personas es lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS).
A decir de este galeno, esto tiene otros beneficios, como: evitar la movilización de personas en largas distancias, reducir la contaminación, bajar el tráfico y fomentar el tránsito a pie.
Por otra parte, Moscoso recomendó que la metodología conocida como círculos de vida, que son puntos blancos sobre el suelo para marcar las distancias, se replique en todos los centros comerciales.
“De ahora en adelante nuestra realidad ha cambiado y tenemos que acostumbrarnos a estas nuevas formas de hacer fila, comprar, caminar, saludar, pues este virus ya es parte de nosotros…”, advirtió. (CSM)-(I)