Debido al confinamiento resultado de la pandemia por la COVID-19, se ha producido un mayor volumen de desechos en los hogares. Un ejemplo claro de este comportamiento se refleja en los datos emitidos por la Empresa Metropolitana de Gestión Integral de Residuos Sólidos, (EMGIRS-EP), que reveló que, en esta coyuntura, en la capital, se ha generado 600 toneladas diarias más de basura.
Por este motivo, Unacem Ecuador, en el marco del Día Internacional del Reciclaje (17 de mayo), ha desarrollado importante información sobre un sistema de manejo de residuos del hogar, basados en su experiencia y conocimiento sobre Economía Circular.
“Esta es una buena oportunidad para poner en práctica y reforzar los conocimientos sobre la importancia de la separación en la fuente y disposición ambiental responsable de los residuos que generamos”, comentó Patricio Díaz, Gerente de Ecología Industrial de Unacem Ecuador.
Reciclaje una forma de descontaminación
La economía circular tiene una enorme potencialidad de impacto en las economías. Se considera que podría generar, al 2050, cerca de USD 4,5 trillones en oportunidades de negocio y, solo en América Latina, se estima que al 2030 podría generar 6 millones de nuevos empleos. El reciclaje es parte de este concepto de economía circular y merece un análisis puntual.
El reciclaje permite ahorrar energía, recursos naturales, inclusive servicios; genera beneficios financieros y económicos, fuentes de trabajo, etc. Según el Ministerio del Ambiente, en 2017 se estimó que el país generó 5 millones de toneladas métricas anuales, de las cuales aproximadamente el 25% fueron potencialmente reciclables, “sin embargo no se llegó a aprovechar dicho potencial en su máxima expresión, lo que implicó que perdimos opciones de generar ingresos”, así lo afirma Mónica Torresano Melo, docente del IDE Business School de la Universidad de los Hemisferios.
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) y la Asociación de Municipalidades Ecuatorianas (AME) determinan que, en el Ecuador, en el año referido, en las zonas urbanas, la producción per cápita de residuos alcanzaron los 0,86 kg diarios y se estima que el 57% del total de residuos generados fueron de tipo orgánico, que pueden tener diferentes formas de tratamiento y ser aprovechados para compostaje e inclusive para generación de energía eléctrica a través de plantas de biogás.
“En el Ecuador, ciudades como Quito y Cuenca, por ejemplo, disponen de plantas de generación eléctrica que benefician a miles de ciudadanos y contribuyen a reducir los impactos ambientales. Por otra parte, el 43% de los residuos generados se distribuyen entre: papel, cartón, vidrio, plásticos y otros, que igualmente pueden ser aprovechados para reciclaje o ser reutilizados en diferentes procesos productivos”, indicó Torresano, quien ha brindado consultorías en tema de economía circular a Unacem Ecuador.
En el 2017, en el país se recolectaron cerca de 12,4 mil toneladas de residuos al día, de las cuales, cerca del 85% se realizó mediante procesos no diferenciados y el restante 15% de manera diferenciada. En el proceso de gestión de residuos, la labor que día a día realizan los recicladores es importante, si bien no se tiene datos exactos del número de recicladores del país, al 2015, la Red Nacional de Recicladores del Ecuador (Renarec) manifiesta que existe un aproximado de 20 mil recicladores y recicladores de base.
Por otra parte, se denota que el encadenamiento productivo que genera esta actividad es importante; según datos de la Iniciativa Regional de Reciclaje Inclusivo (IRR), al 2015, la cadena de Gestión Integral de Residuos Sólidos (GIRS) se conformaría por más de 3 mil empresas que generan una producción bruta de USD 222 millones y un valor agregado de USD 148 millones.
Las empresas, de algunos sectores de la economía ecuatoriana, han realizado procesos de simbiosis industrial, conforme los impactos y la gestión de su cadena de valor, donde el reciclaje ha jugado un rol importante; así, por ejemplo, Unacem Ecuador, desde 2010 sustituye sus combustibles fósiles por biomasa proveniente de la cascarilla de palma africana, residuo de la industria aceitera. En 2015 el Ministerio del Ambiente entregó a la compañía la licencia ambiental para el coprocesamiento de aceites usados; lo que le ha permitido convertirse en gestor de este tipo de residuos altamente contaminantes. Además, parte de la materia prima utilizada en esta cementera proviene de los residuos de la industria del acero y de la porcelana sanitaria.
La economía circular (5R) en el hogar:
La cuarentena ha permitido que las personas optimicen el tiempo en sus hogares y desarrollen nuevas actividades como el reciclaje o separación de residuos. Patricio Díaz comparte una guía de cómo aplicar conscientemente las 5R que conforman los principios básicos de la economía circular:
Reducir el consumo de productos y bienes de un solo uso. La reducción del consumo de energía, por ejemplo, nos permite mitigar nuestra huella de carbono familiar pues dependemos de menos combustibles para producir esta energía.
Reparar artefactos, aparatos, productos, componentes, etc. Antes de desechar un elemento que aparentemente ya no nos sirva, hay que evaluar la posibilidad de arreglarlo, de darle una segunda vida, con lo cual se disminuye la generación de residuos, algunos de ellos, como los electrónicos, altamente contaminantes.
Reusar elementos que antes servían para un fin con un objetivo distinto; los pallets usados como mobiliario son un claro ejemplo. O permitir que otras personas consideren la posibilidad de reuso de nuestros utensilios, ropa, envases en buen estado. No solo dejamos de generar basura, podemos ahorrar también.
Recuperar elementos valiosos antes de desechar algo. En lo que aparentemente parece basura, podemos encontrar materiales que pueden ser reutilizados como metales, vidrios, baterías, cajas y que, eventualmente, pueden valorizarse.
Reciclar papel, botellas de pet, madera, etc. es permitir que estos residuos se re-inserten en procesos productivos y consecuentemente se genere menos basura.
Estas recomendaciones sencillas, pero prácticas pueden ayudar en el manejo efectivo de los desechos del hogar e incluso generar un ahorro significativo; y a gran escala, puede ser parte de la solución de la contaminación del planeta.