¡Yanuncay asusta a Cuenca!

Las primeras crónicas que enviaban los expedicionarios españoles al Rey y Reina de España,  al arribar a la Guapondelig, decían que se trata de un valle hermoso, rodeado de colinas, regado por 4  pintorescos ríos, en la cual sus habitantes se pasan 6  meses rezando para que llueva y 6 meses rezando para que escampe.

Curiosamente luego de 563 años, cuando la ciudad  supera 637.000 habitantes, aún persisten estas preocupaciones, pues recientemente en marzo el señor Gerente de ETAPA Econ. José Luis Espinoza solicitaba  a la población reducir el consumo de a. potable que se incrementó el 20% en la cuarentena  ya que  las fuentes de agua, como el río Tomebamba  tenían escaso caudal.

Sin embargo para los siguientes meses de abril y mayo, especialmente el Yanuncay creció súbitamente hasta desbordarse, ocasionando daños a la vialidad y pánico  en la población asentada en sus riveras  como lo ocurrido el sábado 2 de mayo registrándose un gigantesco  caudal de 186 m3/s, el 2do. más grande evento registrado en los últimos 10 años.

Ese mismo día habiendo llovido más en la cuenca del Machángara que los otros ríos,  se tuvieron caudales de tan solo 37 m3/día en este río. ¿Cuál es la razón para la ocurrencia de crecidas notoriamente inferiores en el Machángara habiéndose presentado mayores precipitaciones?

La respuesta se debe, sin duda,  a que es una cuenca de aporte que tiene un plan de gestión integral y está  regulada por las represas del Labrado y  Chanlud. Estos grandes reservorios son llenados durante los meses de lluvia y se vierten en períodos secos, pero además se reducen notoriamente las crecientes máximas.

¡Es clara entonces la enseñanza que nos da la naturaleza en estos días de la importancia de regular los ríos y  la conveniencia de replicar la experiencia del Machángara por parte de ELECAUSTRO  en el Yanuncay, recurso que amerita con urgencia un manejo responsable y técnico de su cuenca!

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