OPINIÓN|
En el 2007, Camilo Samán –el que navegaba por las calles de Guayaquil en un carrito sanduchero para, en poco tiempo, navegar literalmente en un velero- ingresó a la función pública con el correato como presidente de la Comisión de Tránsito del Guayas. Su asesor era Jorge Wated. En el 2008, fue su secretario cuando Samán pasó a ser gobernador del Guayas y, cuando fue presidente de la Corporación Financiera Nacional (CFN), Wated fue su gerente. Resulta imposible referirse a las funciones públicas del nuevo Presidente del IESS sin mencionar las de su adlátere Samán, extesorero de la primera campaña del ladrón más siniestro del país.
En el 2015, Correa nombró a Wated como su delegado en la Empresa Coordinadora de Empresas Públicas asumiendo la presidencia hasta octubre del 2017. Ese mes, asumió el Servicio de Contratación de Obras Públicas, SECOB: “Más que para la contratación de obras nuevas, fue para la reparación de problemas técnicos, legales y administrativos”, dijo en ese entonces. En su gestión, se adjudicó por 50 millones de dólares la construcción del Hospital de Chone a la firma china CAMC, la que subcontrató por un millón y medio de dólares a Marco Cevallos Wated, su primo, en la obra de la Plataforma Financiera. Cuando le preguntaron si Cevallos era su pariente, dijo: “No lo conozco”. ¿A quién nos recuerda?
No solo favoreció a este primo “desconocido” sino al hermano de este, Diego, con un contrato para fiscalizar la construcción de un plantel en Bolívar por 130.000 dólares. Los motivos para que el Presidente continúe con los servicios de Jorge Wated, pese a que fue un integrante notorio de la banda atracadora de Correa, permanece siendo un misterio. Al menos, para los honrados. Luego de encargarse del operativo para solucionar el problema de la concentración de cadáveres en Guayaquil, hoy ejerce la presidencia del IESS. Un reciclado más, como Granda, su antecesor. Esperemos que los directores actúen con ética e impidan que el correísmo siga conduciendo a esta institución por la amplia avenida del saqueo, estafa y malversación de fondos de los afiliados como ha hecho estos trece años, y le confiera estabilidad financiera.
Es indiscutible que vamos de Watedmala a Watedpeor. Y el que diga lo contrario, simplemente no vive en Ecuador. (O)