Hoy es el Día del Niño, pero esta vez será una celebración peculiar, pues los niños, considerados población vulnerable, han tenido que experimentar un aislamiento sin precedentes para prevenir el coronavirus o Covid-19.
Y esto es histórico, pues desde 1925, año en que se proclamó esta conmemoración, que fue en Ginebra, en la Conferencia Mundial sobre Bienestar Infantil, no había ocurrido algo similar.
Anita Patricia Jiménez es la madre de Sarita Emilia, de nueve años; e Issac Daniel, de 10. Están en quinto y sexto grado de básica, respectivamente, y van casi tres meses en confinamiento por esta pandemia mundial.
“El Día del Niño es un día completamente diferente, pues en la institución donde ellos estudian lo hacen especial. Ese día no tienen clases, solo comparten juegos y golosinas…”, cuenta.
Y agrega: “a mi hija le ha costado más adaptarse a esto, lloraba porque no entendía el por qué se le cortó todo de un día al otro, ella es muy sociable y le costó más…”.
“Preguntan cuándo volverán a salir, a ver a sus abuelitos, a jugar en el parque. Su vida cambió de un día para el otro. Fueron a clases un jueves y al salir les dijeron que se lleven todo de sus pupitres…”, recuerda.
OPORTUNIDAD
Sarita e Isaac se ven en clases virtuales con sus compañeros, lo que en algo alivia el encierro. Su madre considera que este aislamiento es una oportunidad para fortalecer el vínculo familiar con los hijos.
“También esto nos ayuda a entender lo duro y difícil que es el trabajo de los maestros… También a mantener la esperanza, pues siempre hay una salida y las cosas en algún momento van a regresar a la normalidad”, dice.
Fabiana Beatriz Bobadilla es la mamá de Christian Alejandro, de 12 años; e Iker Leonel, del 11. “Tiene un significado especial este día, celebramos el derecho de todos los niños y fomentamos la hermandad…”, sostiene.
Mi mensaje sería que compartamos el tiempo con ellos de una manera excepcional, ahora no podemos perdernos de todos esos detalles
Ella asegura que esta emergencia sanitaria produjo un cambio radical para sus pequeños, pues antes salían a la escuela a las 06:30 y a las 13:00 retornaban a casa para luego ir a una academia de fútbol.
Señala que sus hijos le hacen preguntas constantes como: ¿volveremos a estudiar los próximos años? o ¿ya no iremos al parque? Y para estas interrogantes los padres deben estar preparados insiste.
“Mi mensaje sería que compartamos el tiempo con ellos de una manera excepcional, ahora no podemos perdernos de todos esos detalles que hacen que realmente seamos una familia…”, refiere.
Lorena Alemán es psicóloga educativa y recomienda que a los pequeños no se les debe ocultar lo que sucede con la Covid-19, pero si limitarles las noticias con contenido trágico o exagerado.
“Debemos hacer que los niños adquieran una rutina, se levanten, se cambien, desayunen, cumplan sus clases, ayuden en las tareas del hogar y tengan un espacio de descanso también…”, sugiere.
De acuerdo con Alemán, no es la misma realidad en el sector urbano que en el rural, pues en este último hay limitaciones que agravan el aislamiento, pero también hay ventajas que facilitan la convivencia.
Verónica Córdova, quien es magister en Psicología Clínica, escribió un cuento titulado El Día en que el Tiempo se Detuvo, dedicado a quienes trabajan, incluso a costa de sus vidas, para atender a los demás.
Se trata de un relato dirigido a los niños y es un homenaje al personal de salud, de las instituciones de seguridad y socorro, comunicadores sociales, entre otros, que laboran durante esta pandemia. (CSM)-(I)
