La Policía de Nueva York arrestó a unas 280 personas en la noche del martes al miércoles, en la que las protestas contra el racismo y la violencia policial fueron mayoritariamente pacíficas y se redujeron los disturbios y saqueos de la jornada anterior, cuando más de 700 personas fueron detenidas.
Aunque miles de personas desafiaron el toque de queda impuesto a partir de las 8 de la tarde y continuaron manifestándose hasta la medianoche, únicamente se registraron incidentes y robos puntuales, en claro contraste con la noche precedente.
Según la Policía, en total hubo 280 arrestos en esta nueva jornada de protestas por la muerte de George Floyd, un hombre negro, a manos de agentes en Mineápolis (Minesota).
Además, dos o tres agentes resultaron heridos, en comparación con los siete de la noche anterior, según medios locales.
Este miércoles vuelve a haber convocadas numerosas protestas antirracistas en distintos puntos de la ciudad, unas manifestaciones que el martes sacaron a miles de neoyorquinos a las calles y que fueron generalmente pacíficas, aunque con ciertos momentos de tensión una vez iniciado el toque de queda.
La Policía, desplegada en mayor número que en días precedentes, cerró los accesos a varias áreas comerciales donde se había visto saqueos en días anteriores y bloqueó el paso de grandes grupos de manifestantes en puentes que conectan los distritos de Manhattan y Brooklyn, pero evitó llevar a cabo arrestos masivos.
“Situación muy tranquila”, describió a través de Twitter el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, alrededor de las 11 de la noche, tres horas después del inicio del toque de queda, que consideró que estaba ayudando.
La medida, que el lunes no se había impuesto hasta las 11 de la noche, se adelantó el martes a las 8 de la tarde y se mantendrá hasta el próximo domingo, según De Blasio.
A pesar de una mejora de la situación, el ambiente en Manhattan sigue enrarecido esta mañana puesto que múltiples tiendas y establecimientos siguen blindados con tablones de madera y seguridad privada para evitar cualquier rebrote de violencia y saqueos.
No se ven escaparates rotos ni vidrios en el suelo, pero los operarios siguen trabajando para reforzar la seguridad. Muchas sucursales bancarias han cerrado y la mayoría de personas que caminan por la ciudad son trabajadores de la construcción.
El alcalde de Nueva York ha decretado el toque de queda hasta el próximo domingo, una fecha clave puesto que se espera que al día siguiente la Gran Manzana empiece su proceso de desescalada y reapertura económica tras la gran pandemia que ha estado asolando durante tres meses la ciudad. EFE