Ecuador está mejor preparado para afrontar un eventual rebrote del COVID-19 tanto por la infraestructura como por el talento humano, consideró este domingo Alberto Sper, responsable de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del hospital «Los Ceibos», de la ciudad portuaria de Guayaquil.
«Considero que estamos preparados en varios aspectos. Primero en la logística, ya podemos rápidamente movernos, es decir, somos más reactivos ante una emergencia sanitaria de este tipo», expresó Sper a Efe.
Asimismo señaló que su hospital ha alcanzado un nivel mayor de planificación, respecto a un primer momento en que la aparición de la pandemia generó preocupación y asombro en Guayaquil, considerada en marzo pasado como epicentro de la pandemia en Ecuador y que hasta hoy ha causado más de 43.120 contagios y 3.621 muertos.
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SE HA PERDIDO EL MIEDO, PERO NO EL RESPETO, AL CORONAVIRUS
Ahora, «estamos más tranquilos. Hemos perdido el miedo al virus, si bien siempre existe el riesgo de enfermarse o morir por esta infección. Hemos perdido el miedo, pero le tenemos respeto, sabemos que protegiéndonos bien podemos salir adelante», añadió.
Por ello, insistió en que su hospital, Guayaquil y el país «está mucho más preparado, aunque sí hay que aclarar que en una pandemia los planes de contingencia a veces pueden verse desbordados».
«Sin duda alguna nos hemos hecho más reactivos y contamos con capacidad de planificación», reiteró Sper que en el hospital «Los Ceibos», a diferencia de marzo, cuando empezó la crisis, se han abierto «nuevas áreas para la atención, monitoreo y cuidado permanente de pacientes COVID-19 críticos».
El facultativo indicó que de las doce camas para cuidados intensivos que su centro sanitario disponía al inicio de la pandemia, se ha aumentado a 48.
Además, recordó que «se adquirieron ventiladores o respiradores mecánicos, para atender a los pacientes graves. También contamos con gasómetro y más monitores» para poder vigilar a los enfermos críticos.
«Se consiguieron y se emplearon los medicamentos necesarios para el tratamiento de los pacientes críticos» y el personal médico se duplicó en las UCI, añadió.
UCI: LA PRIMERA LÍNEA CONTRA EL COVID
Pero Sper destacó también el aspecto humano de las UCI, donde el personal debe cumplir estrictos protocolos para evitar el contagio, pues consideró que son estas unidades las que representan la primera línea de defensa contra el coronavirus.
El personal sanitario tiene «una especie de rutina», pues debe revestirse con el equipo especial dispuesto y cumplir con estrictos procedimiento de atención, permanencia en las UCI y de desinfección.
«Mascarillas con especificaciones específicas para evitar el paso de partículas, protectores faciales, batas quirúrgicas, gorros, zapatones, guantes y trajes de riesgo biológico», forman parte de la indumentaria de los médicos UCI.
Muchos médicos y enfermeras que atienden en estas unidades «hacen guardias de 24 horas y otros», ataviados con los trajes que los mantienen protegidos del virus SARS-CoV-2.
Tras terminar la jornada y cuando regresan a casa, los facultativos han buscado alternativas para proteger a sus familias. «Unos entran por la puerta trasera de sus viviendas o han abierto un espacio para poder ingresar directamente al área donde se realiza la desinfección completa».
A los hogares «ingresamos con mascarilla por si somos asintomáticos del virus y, por supuesto, permanecemos en aislamiento en un cuarto para evitar exponer a nuestra familia».
«Sabemos que el pilar fundamental para sobrellevar esta emergencia sanitaria es la familia», apostilló Sper. EFE