El Concejo de Bogotá aprobó este martes un proyecto para desincentivar las corridas de toros en la capital colombiana, medida que no elimina la temporada taurina pero sí restringe el uso de recursos públicos para su desarrollo y prohíbe la muerte de los astados en la plaza.
La iniciativa, aprobada con 32 votos a favor, también elimina el uso de elementos como la espada, la pica y las banderillas, y reduce a la mitad las fechas de la temporada anual que tiene lugar entre febrero y marzo.
El proyecto, presentado por la concejal del partido Alianza Verde Andrea Padilla, pasará ahora a sanción de la alcaldesa Claudia López.
«Eliminar los instrumentos cortopuzantes y la matanza del toro en la plaza, subir impuestos, reducir fechas y obligar a empresarios a informar del sufrimiento animal y a asumir todos los costos de su fiesta de muerte, será una estocada mortal a esta barbarie», manifestó en sus redes sociales Padilla al promover el proyecto.
La iniciativa aprobada hoy también establece que todas las actividades desarrolladas durante la temporada taurina, que ya no tendrá ocho tardes sino cuatro, deberán ser financiadas por los organizadores de las mismas.
Además, la tarifa tributable para estos eventos fue modificada y pasará del 10 al 20 %.
ESTOCADA A LA TAUROMAQUIA
Las corridas de toros son un asunto polémico en Colombia que sus partidarios definen como una tradición cultural e histórica, mientras los defensores de los derechos de los animales sostienen que es una práctica en la que el animal es torturado.
La concejal Padilla, abanderada de los derechos de los animales, ha sido una férrea opositora de las corridas de toros y desde el Concejo ha impulsado manifestaciones públicas en contra de la fiesta brava.
«¡El proyecto tiene el potencial para acabar definitivamente con esta barbarie! ¡Autonomía territorial!», dijo Padilla antes de la votación.
La Corte Constitucional de Colombia, al pronunciarse sobre la continuidad de las corridas de toros en Bogotá, vetadas en 2012 por el entonces alcalde Gustavo Petro, emitió en 2017 un fallo en el que estableció que se debían respetar en los municipios donde esa práctica tuviera un arraigo cultural.
Las manifestaciones convocadas por Padilla y organizaciones animalistas tomaron mayor fuerza en los últimos años en varias ciudades del país y en enero pasado el alcalde de Medellín, Daniel Quintero, ratificó que en sus cuatro años de gobierno los toros no tendrán cabida en el coso de La Macarena.
En ese mismo sentido se han pronunciado la alcaldesa de Bogotá y el mandatario de Cali, Jorge Iván Ospina, para expresar abiertamente su rechazo a la tauromaquia y su intención de no destinar recursos públicos para esa actividad.
Las plazas de Bogotá, Cali y Manizales son de las pocas que se mantienen en actividad en Colombia.