“Cómo dice Aristóteles, cosa es verdadera
El mundo por dos cosas trabaja,
La primera por haber mantenencia
La otra por haber juntamiento con placentera”
(El Arcipreste de Hita)
Su presencia tiene detractores y seguidores, entre los estudiosos
tratan de esta polémica, lo cierto es que El Libro del Buen Amor y quien lo escribió se aproxima a cómo vivían hace VIII siglos, quedan fragmentos de un códice, dos se perdieron, por medio de la lectura nos aproximamos a: que compraba la gente en el mercado, los remedios, sus gustos, la forma de vestirse, el lenguaje de los coqueteos amorosos, las mujeres chicas, porque el perfume viene en frascos pequeños , falta algo muy importante la mayoría de los cantares entre una juglaresa y un juglar. Existe casi al principio un debate entre griegos y romanos, estos últimos pidieron las leyes a los griegos, decidieron comunicarse por señas
Los griegos escogieron al más sabio, los romanos a un pillo de siete suelas, ganaron los romanos, la moraleja “No hay mala palabra o frase, sino es tenida a mal” Una guía para la lectura del Libro del Buen Amor. Algunos escritores señalan que su padre fue apresado por los moros y su madre una morisca. Esta especie de autografismo es una constante en la literatura española, como Velásquez en “Las Meninas” donde el pintor se retrata a sí mismo, un juego de espejos. Creemos conveniente explicar la influencia de los árabes y musulmanes. Convive El Arcipreste en Toledo donde habían varias etnias y culturas: mudéjares, mozárabes, moriscos. La influencia árabe es sobre todo formal como el al-maqama, escrito parte en prosa y la otra en verso muy parecido al cuento escrito en un estilo elegante y rebuscado: El cantar de los ciegos y la vida de los mendigos.