Argentina cumplió tres meses desde que inició su cuarentena obligatoria y lo hace a dos velocidades, con gran parte del país en una fase de apertura del aislamiento mientras Buenos Aires y otras zonas críticas viven sus peores días por la COVID-19 hasta ahora.
Los contagios por coronavirus en el país austral ascienden a 41.204, tras producirse este sábado 1.634 positivos, según el reporte del Ministerio de Salud, y el total de fallecidos por la enfermedad es de 992, después de 12 decesos en 24 horas.
Con esos números, Argentina figura en las estadísticas mejor que sus vecinos Chile y Brasil, y el Gobierno de Alberto Fernández ha sacado pecho en repetidas oportunidades en los últimos tiempos de la cantidad de vidas salvadas por el temprano decreto de la cuarentena -«el dilema entre economía y salud es falso«, ha mantenido siempre el presidente-.
TRES MESES Y CONTANDO
Allá por el 19 de marzo, que para quienes aún están en fase de aislamiento queda ya muy lejano, Fernández anunció que a partir del día siguiente todos sus ciudadanos debían permanecer en sus casas: había en Argentina 128 personas afectadas por la COVID-19, de las cuales tres habían muerto.
El primer caso de coronavirus confirmado se produjo el 3 de marzo -un hombre que regresó de un viaje por Italia y otros países europeos- y el 16 de marzo se tomaron medidas avanzadas de prevención como el cierre de fronteras en el país y la suspensión de clases, dos disposiciones que todavía duran.
El decreto de la cuarentena, que según el primer plazo previsto por el Gobierno debía ser vigente por 12 días, alcanza ya los 92 días y sigue sumando, a la espera de un pico de contagios que parece llegar poco a poco, pero mientras el desarrollo de la pandemia ha provocado el cierre definitivo de comercios en el país.
Argentina se encontraba ya en una grave crisis económica antes de la pandemia, desde 2018, y en paralelo a la gestión del coronavirus, el Ejecutivo de Fernández tiene entre manos la renegociación de bonos por cerca de 66.000 millones de dólares para evitar caer en cese de pagos.
EL ÁREA METROPOLITANA DE BUENOS AIRES, FOCO PRINCIPAL
Cerca de trece millones de personas -casi un tercio del país- viven en el foco de contagios, el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), formada por la capital y su amplio cordón urbano, que dependen de dos gestiones distintas, una opositora y la otra oficialista, que hasta el momento han querido dar una imagen de unidad a pesar de roces puntuales.
Hace unas semanas, las administraciones del AMBA –que concentra el 90 % de casos a nivel nacional- tuvieron que afrontar el aumento de contagios en las villas miseria, asentamientos humildes que en muchas ocasiones tienen condiciones insalubres y con gran densidad de población. Una de ellas, Villa Azul, tuvo que ser aislada por completo del exterior durante unos días.
En los días recientes, los gobernantes se han esforzado en transmitir el mensaje de que la propogación del virus está al mismo nivel en barrios más acomodados de la capital y el resto de municipios del conurbano.
Está en el debate de los últimos días la opción de regresar más atrás en la cuarentena, con mayor restricción a la reapertura de comercios que había comenzado.
«Si tenemos que tomar medidas más drásticas para cuidar la salud de la gente no nos va a temblar el pulso«, advirtió el alcalde porteño, Horacio Rodríguez Larreta, en una conferencia de prensa conjunta con el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, quien dijo a su vez «la posibilidad de volver a fase 1» la irán evaluando.
La alerta es tal que el presidente, por recomendación de la Unidad Médica Presidencial, desarrolla a partir del pasado miércoles sus tareas habituales desde su residencia oficial y restringirá «al máximo» el contacto con otras personas debido al aumento de casos de la COVID-19.
Además, surge la preocupación por una eventual saturación por el aumento de contagios, ya que en la actualidad el 45 % de las camas de terapia intensiva del sistema de salud argentino está ocupado, cantidad que se duplicó en las últimas tres semanas, y quedan 6.500 de ellas disponibles.
«Lo que genera tragedias es cuando ya no hay cómo atender a los pacientes», dijo a ese respecto Kicillof.
GRAN PARTE DEL PAÍS TERMINÓ LA CUARENTENA OBLIGATORIA
Argentina, sin contar al AMBA y a regiones en estado complicado como Chaco (norte) y Río Negro (sur), multitud de provincias del país hace semanas que no registran casos, y en una de ellas, la norteña Catamarca, el virus no ha penetrado.
En esas zonas, la cuarentena obligatoria como tal acabó el 7 de junio y la actividad económica ha vuelto a la normalidad bajo un régimen de «distanciamiento social».
Pero una cierta cuota de riesgo continúa en todo el país debido a los traslados puntuales que se han producido entre provincias.
En Formosa (norte), que hasta el 9 de junio permanecía sin casos, contabiliza ahora 37 después de que viajase allí una paciente afectada en un autobús que llegó desde Buenos Aires.
Con el AMBA a la espera del pico y casi todo el resto de país a la expectativa, Argentina afronta a partir de ahora una realidad diferente de la cuarentena que se vivió en los tres primeros meses anteriores. EFE