«Ya no se puede esperar más«, subraya en una entrevista con Efe por su reciente nombramiento como copresidente en Florida de Climate Power 2020, una coalición de congresistas estatales y activistas cuyo objetivo es concienciar a la población sobre una amenaza que «continúa muy presente».
Colón ve «preocupantes» similitudes en la gestión de la pandemia y del cambio climático por parte del Gobierno de Donald Trump.
«Creo que al estar tan preocupados por la seguridad, la salud y nuestra familia, el movimiento acelerado que llevábamos de acción se ha reducido (…) Sin embargo, la Casa Blanca también ha decidido ignorar y amordazar a los científicos que estaban haciendo sonar la alarma, algo similar a lo que lleva pasando con el cambio climático durante mucho tiempo», dijo.
Parece que fue hace una eternidad cuando la joven activista Greta Thunberg fue nombrada persona del año por las revista Time o cuando irrumpió en la Cumbre Climática de Madrid para alertar sobre los desafíos medioambientales a los que se enfrenta el planeta.
Apenas seis meses después de aquello los problemas climáticos han quedado eclipsados por el coronavirus, pero el tiempo corre.
«Todos los científicos nos han hecho saber que tan solo nos quedan diez años para poder revertir el aumento de la temperatura global, por lo que no podemos esperar más«, explicó Colón.
Precisamente, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) informó de que está investigando los máximos históricos registrados en la localidad ártica rusa de Verjoyansk, habitualmente uno de los lugares más fríos del mundo, pero donde el pasado 20 de junio se registró una temperatura de 38 grados centígrados.
Además, Colón, que trabajó como diplomática durante más de una década, aseguró que, antes de la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, Estados Unidos «demostraba liderazgo» y daba saltos hacia adelante en materia medioambiental lo que «obligaba a otros países a hacer lo mismo».
Una situación que se ha revertido por completo, como demuestra el hecho de que Trump esté ultimando el proceso para abandonar el Acuerdo de París con el que se intenta limitar las emisiones de carbono del mundo.
No obstante, Colón reiteró que, de haber un cambio de gobierno tras las elecciones del 3 de noviembre, «todavía estamos a tiempo de revertirlo».
Para esta especialista en cuestiones medioambientales y climáticas, el objetivo final debe ser llegar a un punto en el que los Estados Unidos consigan una economía limpia que no emita gases de efecto invernadero, una meta muy lejos de cumplirse ahora mismo.
Trump «ha aprovechado la pandemia para suavizar las restricciones ambientales con la excusa de impulsar el empleo y la economía», aseveró.
EL ESTADO SOLEADO EN PELIGRO
Florida es uno de los lugares del país más afectados por el cambio climático, una situación especialmente preocupante por la subida del nivel del mar en los últimos años y que los ciudadanos del sur del estado sufren «en sus propias carnes» debido a las inundaciones y los huracanes.
Pese a ello, reconoció que todavía «hay cierto negacionismo en la región en cuanto al cambio climático», aunque cree que para más de la mitad de la población éste es un problema que preocupa mucho.
«Muchas veces eso viene por el hecho de que el problema se ve como distante o como un problema demasiado grande del que no tenemos las soluciones. Cuando un problema se siente demasiado inaccesible es cuando hay una desconexión. Algo similar es lo que ha pasado con la COVID-19, hay personas que no están concienciadas con la gravedad del virus», añadió Colón.
Por ello, muchos activistas como Colón celebraron que la semana pasada el Senado de Florida aprobara la ley SB 178 con la que por primera vez se prohíbe realizar cualquier construcción costera con el presupuesto de los impuestos sin antes realizar un estudio sobre el impacto medioambiental en los siguientes cincuenta años.
Esta nueva norma, con apoyo bipartidista y que ha pasado ahora a manos del gobernador Ron DeSantis para su aprobación final, es una de las primeras medidas para frenar el cambio climático.
Esto demuestra que «los líderes estatales se han dado cuenta de que se necesita actuar».
«Las inversiones se tienen que hacer basándose en la resiliencia, al igual que los presupuestos que deben estar integrados con las cuestiones climáticas», añadió Colón. EFE