Menos de un mes después de iniciar la desescalada en Quito, el Gobierno ecuatoriano se plantea medidas de control en los barrios más propensos ante un preocupante incremento en las estadísticas de contagio.
La situación en la capital ha llegado a tal extremo que hasta la ciudad de Guayaquil, que hace tres meses fue el foco de la pandemia e identificada como la Wuhan ecuatoriana, ha ofrecido el envío de contingentes médicos a la capital.
MÉDICOS GUAYAQUILEÑOS A QUITO
Este martes llegaron 21 médicos del Hospital Municipal Bicentenario de Guayaquil para ayudar en el improvisado centro médico homónimo de Quito, donde aportarán una experiencia acumulada durante los más dramáticos días a finales de marzo y principios de abril.
Igualmente, la segunda urbe del país enviará a la capital «80.000 unidades de medicamentos, equipos de protección personal y 2.000 pruebas PCR para darle la mano a nuestros hermanos quiteños», informó la alcaldesa Cynthia Viteri.
Hasta este martes, la capital ecuatoriana registraba 6.571 contagios y 460 muertes.
La situación en Quito se ha agravado después de que el pasado 3 de junio la ciudad saltara del rojo al amarillo en el semáforo epidemiológico, una decisión que algunos criticaron en su momento porque venía dada más por necesidad económica que por razonamientos de control sanitario.
INCREMENTO ALARMANTE DE CASOS
El flujo de gentes en las calles se tradujo en un crecimiento alarmante de contagios de casi un 68 por ciento, de 3.842 hasta esa fecha a los 6.571 de este martes, lo que ha saturado los sistemas de salud, reconoció el fin de semana el propio alcalde, Jorge Yunda.
Danilo Calderón, gerente del hospital de la Seguridad Social Quito Sur, confirmó a Efe que se ha producido un considerable incremento de pacientes después del cambio de semaforización.
«Por estadísticas, cerrando mayo teníamos 130 personas diarias que asistían con problemas respiratorios. Los primeros diez días de junio creció a 180 y de ahí en adelante, los siguientes veinte días de junio, hemos tenido picos de hasta 242 personas», explicó.
Con 2.300 empleados y ubicado en el sur de la ciudad en la zona del Recreo, el hospital que dirige ha ampliado progresivamente su capacidad desde que es inició la pandemia para dar cabida a más y más enfermos, y aunque no han llegado a una saturación completa, el límite está cerca y depende del «flujo de entradas y salidas».
Precisamente han sido las parroquias de la mitad sur de Quito donde se detectaron los mayores focos de contaminación en la ciudad, principalmente Chillogallo, Guamaní, Belisario Quevedo y el Centro Histórico.