COLUMNISTA

«El efecto de la pandemia»

OPINIÓN|

Bajo la influencia de la revolución tecnológica, el mundo ha producido nuevas sustancias, que no libera a la producción del empleo de recursos naturales, y muchas veces requiere un gasto mayor de estos recursos naturales: Así, para elaborar una tonelada de tejido de algodón, se gasta de 6 a 30 metros cúbicos de agua, mientras que para elaborar una tonelada de fibra sintética de petróleo (Nylon) se requiere 5.000 metros cúbicos… «Siempre nos inculcaron, que el ser humano es la especie superior del mundo animal».

Las enseñanzas que ofrece esta pandemia, en la utilización de energía para cada actividad, ha conducido a cambios drásticos en el uso de la energía que no serán duraderos y deseables, de ahí la caída brusca; en particular de los gases de efecto invernadero en un 97 %, según varios estudios; gases que son los responsables del recalentamiento de la Tierra…

Así mismo ha vuelto con fuerza la utilización del plástico; porque el precio del COVID-19 es renunciar al contacto con la piel humana; y  que gracias a este material se ha podido, adentrarnos en una nueva normalidad contra la pandemia, en la utilización en varios servicios sanitarios.

La naturaleza racionalmente humanizada no destruye la biosfera, en armónica relación con el ser humano, existen oportunidades, para hacer cambios duraderos, especialmente en la movilidad automotriz, que ha supuesto  a la mitad de las emisiones de CO2 en este periodo de pandemia. El objeto natural, que es la conceptualización metafísica se contrapone al hombre como fuerza ajena y hostil. El mundo actual que posee un gigantesco poderío no puede existir sin condiciones naturales, en la misma medida que el hombre primitivo que dependía de la naturaleza y era oprimido por ella. (O)

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