OPINIÓN|
Luego del reportaje publicado por el portal “Periodismo de Investigación” el que, entre otros datos, revela dos visitas del representante de Lenín ante el Seguro Social en ese entonces a una suite o bulín –ustedes sacarán sus propias conclusiones- muy popular entre la pandilla corrupta que se repartieron el negociado de los hospitales, llovieron varias justificaciones. La defensa del padre a favor del hijo “intachable” y las del hijo justificando su paso vergonzoso e infructuoso por la presidencia del directorio del IESS, cayeron en suelo estéril. Y no lo digo por los que tenemos memoria y sabemos que esto es parte del show corrupto. Más sí por los borregos “desmemoriados” que andan rumiando por ahí, aferrándose a sus curules y cargos públicos, los que viven de zozobra en zozobra al destaparse nuevos casos de corrupción en los que señalan a sus pares como copartícipes, temerosos de que sus nombres también estén vinculados con dichas denuncias. Qué patético vivir así, con los bolsillos llenos de dinero mal habido y con el alma que pende de un hilo, a la expectativa de que la Dama de la Justicia toque a sus puertas inesperadamente. Pobre gente…
Qué casualidad la que después de haber señalado al expresidente del Consejo del IESS como uno de los visitantes a esta suite, aparezcan individuos disfrazados de policías llevándose bitácoras y cámaras de seguridad, cuando la Fiscalía ya tenía en sus manos la bitácora principal. Dicen que alguien del “interior” le está dando una mano, así como le ayudaron a librarse del caso de las mascarillas con sobreprecio. Los involucrados están asustados.
Al más puro estilo correísta, dijo no conocer a Salcedo, el que arrendaba la suite. Dalo Bucaram reconoció que es amigo de Salcedo y que sí visitaba el departamento. ¿Uniendo los puntos, si el hijito de papito no fue a ver a Salcedo, fue a ver a Bucaram? Lo mismo da, son harina del mismo costal.
El padre de Granda, hace unos días, se alegró de que Nebot no haya lanzado su candidatura a la presidencia, afirmando textualmente: “… así ahorra al país una segunda versión corregida y aumentada del correísmo…” Su conveniente ceguera le lleva a defender al hijo que fue parte no solo de la primera sino de la segunda versión, mal corregida.
Larga vida a los corruptos, pero en la cárcel… (O)