Desde el inicio de la emergencia sanitaria, los médicos de los hospitales públicos de Cuenca han logrado la recuperación de 193 pacientes con complicaciones graves por coronavirus, 100 días en los que el trabajo ha sido exhausto.
Detrás de los médicos, hay “un trabajo de hormiga” que permite que los profesionales de la salud puedan salvar vidas, comenta el gerente del hospital Vicente Corral Moscoso, Iván Feicán.
El personal administrativo de la casa de salud permite que los procesos de compra y distribución de medicina e insumos sean efectivos, el área de limpieza mantiene los espacios desinfectados y el departamento de comunicación se encarga de la prevención del virus.
A ellos se suman los enfermeros, auxiliares y paramédicos que se ven cara a cara con el virus en el cuidado intermedio de pacientes con COVID-19
“Todos aportan, han hecho un gran esfuerzo que nos ha permitido sostener esta emergencia que no tiene precedentes, sin su trabajo posiblemente tendríamos un colapso del sistema” afirma Feicán.
Esta lucha diaria ha provocado que unos 30 funcionarios del hospital regional se vean afectados por el coronavirus, alrededor del 90% de ellos fuera de la casa de salud, pero un 10% se ha contagiado por intentar salvar vidas.
El médico Juan Romero, por ejemplo, asume que contrajo el COVID al desprenderse de su traje para maniobrar y colocar respiradores a pacientes crónicos que, sin su intervención, hubiesen muerto.
Feicán afirma que todos merecen un reconocimiento y asegura que la mejor forma de hacerlo es evitando el contagio, y con esto la saturación de los hospitales locales. (JMM) (I)