La preocupación en Bolivia por la COVID-19 crece con más muertos en la calle

La situación en Bolivia por la COVID-19 es cada vez más preocupante, con muertos en las calles, protestas sociales día a día y contagios en el propio Gobierno interino del país.

La imagen de un cadáver abandonado durante casi un día en plena calle en Cochabamba, una de las principales ciudades del país, puso este domingo en evidencia el colapso en el sistema sanitario y los crecientes problemas para enterrar o incinerar a fallecidos por coronavirus.

La escena desembocó de nuevo en una protesta vecinal, como las que desde hace días se suceden en la ciudad, hasta que apareció un carro funerario para retirar después de cerca de viente horas el cuerpo sin vida de un hombre, que se sospecha que tenía síntomas de la enfermedad y murió solo en la calle cuando iba a un centro de salud.

Cochabamba, con algo más de 600.000 habitantes, refleja una problemática creciente en Bolivia, pues muchas familias esperan durante días con los ataúdes en sus casas en espera de poder dar sepultura o incinerar a unos seres queridos que nadie desea en el vecindario ni incluso en el cementerio de la ciudad por miedo al virus.

La excavación de fosas de urgencia se acelera en esta ciudad y en otras como Santa Cruz, mientras los decesos siguen aumentando.

Además de los muertos en la calle, siguen apareciendo escenas dramáticas de enfermos a la puerta de centros de salud que dicen no tener ya un hueco para atenderlos, ante la desesperación de familiares que peregrinan en ciudades como La Paz de hospital en hospital buscando asistencia.

Las protestas en la calle por estas situaciones se reproducen en redes sociales, con críticas a las autoridades municipales, regionales y naciones para que olviden las diferencias políticas y den soluciones a la población.

EL GOBIERNO NO SE LIBRA DEL VIRUS

El propio Gobierno interino no se libra de los contagios, con la confirmación en esta jornada que incluso la ministra transitoria de Salud, Eidy Roca, se suma a los miembros del gabinete que han dado positivo.

El suyo es el tercer caso confirmado de esta enfermedad en el Ejecutivo transitorio de Jeanine Áñez, quien trabaja desde la residencia presidencial en La Paz y solo acude lo imprescindible al palacio de Gobierno.

Los ministros transitorios de la Presidencia y de Minería y Metalurgia, Yerko Núñez y Jorge Fernando Oropeza, respectivamente, también dieron positivo.

Núñez fue hospitalizado debido a las complicaciones en su salud, pues no presenta mejoría en la sintomatología.

El pasado viernes el ministro interino de Gobierno (Interior), Arturo Murillo, dijo que al menos «siete ministros han caído con COVID-19», pero sin dar detalles.

Bolivia reporta 1.378 decesos y 38.071 casos confirmados de coronavirus, de acuerdo a los últimos datos del Ministerio de Salud, con cifras récord de contagios diarios que sobrepasan el millar durante varias jornadas en los últimos días.

Estudios como los de la Universidad John Hoskins de Estados Unidos sitúan al país entre los diez de todo el mundo más afectados por la pandemia en proporción a su población, de unos once millones de habitantes, y al número de decesos sobre el total de casos confirmados.

El propio Ejecutivo transitorio advierte de que lo peor está por llegar en el país, donde las pruebas para detectar el virus son aún insuficientes y los resultados tardan días, pues los contagios seguirán aumentando hasta alcanzar su pico a comienzos de septiembre y la pandemia puede convertirse en «explosiva» en Bolivia.

El país se encuentra en estado de emergencia sanitaria, con una cuarentena que se ha ido alargando por fases desde que se declaró en marzo al aparecer los primeros casos. EFE

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