El Valle de Bellavista de la parroquia rural de Sayausí, al noreste de Cuenca a unos ocho kilómetros del centro histórico, es un paraje que no es visible cuando se cruza por la vía Cuenca-Molleturo-El Empalme.
La primera mirada muestra una planicie verde con sembríos de cebollas, brócolis, coles y lechugas.
Es un lugar que se halla conectado por caminos vecinales trazados junto a cultivos y árboles. Allí viven familias dedicadas por décadas a la producción de hortalizas y verduras que abastecen a los mercados de Cuenca y Guayaquil.
En las puertas de las casas o en sus pórticos, es típico ver a mujeres marcadas por la edad. Ahora descansan después de décadas de trabajo duro para mantener en pie a sus familias.
Ellas son las protagonistas de esta serie de fotografías de mujeres longevas, a las que está dedicado este fotoreportaje; una especie de homenaje a la mujer rural.
Todas ellas tiene algo en común, casi toda su vida se han dedicado a la agricultura y a caminar por los senderos de herradura hacia el páramo para recoger leña, mudar al ganado, sembrar y cosechar ocas y mellocos.
Su vida ha transcurrido en esta cotidianidad y coinciden en que lo que les ha llevado a vivir muchos años es la buena alimentación y una enorme fuerza de carácter para enfrentar las adversidades.
También una firme voluntad por cuidar su salud esto para criar y mantener a familias numerosas.
El Valle de Bellavista es un matriarcado que ha forjado familias dedicadas a la agricultura y cuidado de la naturaleza.