Profesionales de la salud, sacrificio y agotamiento para salvar vidas

Lejos de sus hogares por prevención, con largas guardias a cuestas, el temor de contagiarse y lo que parece un imparable ir y venir de pacientes desde que inicio la pandemia ha generado en los médicos un agotamiento acumulado.

Fernando Arias, quien forma parte del directorio del Colegio de Médicos del Azuay comenta que el cansancio y el estrés al que están sometidos los galenos va haciendo estragos en su salud tanto física como emocional.

Son 136 los días de lucha continua contra el virus, un período de tiempo que supone además el contagio de sus compañeros e incluso la partida de mentores.

Entre ellos se cuenta el adiós de René Aguirre, jefe de cuidados intensivos del hospital regional, a quien el coronavirus le arrebató la vida.

Juan Romero es uno de los médicos que ha vivido la lucha contra el virus de cerca, tanto que a finales de abril contrajo la enfermedad y tuvo que mantenerse aislado por 3 semanas.

Tan pronto como estuvo sano volvió a la primera línea de combate.

Primera línea como el mismo llama al área de pacientes críticos de COVID del hospital regional, donde “vivimos todos los días un escenario de guerra”, afirma.

médicos del hospital José Carrasco antes de su ingreso al área COVID. Cortesía

No disimula el cansancio, sus ojos enrojecidos por las malas noches, las marcas sobre sus pómulos por el uso de protectores y el respirar profundo denotan que la batalla está siendo más larga de lo esperado, y les agota.

Carlos Tovar es enfermero del sistema público de salud, hace poco sacó vacaciones para estar 15 días con la familia, y antes de regresar a la línea de fuego se hizo una prueba que afortunadamente dio negativo.

“Es angustiante, hay ocasiones en las que nuestros compañeros llegan a casa llorando, y están solos, entre todos nos damos ánimo para seguir porque hay que seguir, no nos podemos dejar vencer” asegura.

Arias indica que si bien ha habido un recambio en los turnos y un incremento de personal médico, el agotamiento, hoy por hoy, afecta a todos los servidores de la salud, un 10 % de ellos infectados según cifras nacionales.

“Es terrible porque si bien en Cuenca el personal médico tuvo tiempo para capacitarse y no vivió lo que quizás sí ocurrió en Guayaquil, los casos siguen en aumento y la carga laboral se vuelve aún más pesada”, comenta el médico.

Previo al silencio al que se han visto avocados las autoridades locales del Ministerio de Salud Pública (MSP) por disposición de dirección nacional de comunicación de la entidad, el Coordinador, Julio Molina, indicó que se gestiona el incremento de personal.

Soluciones

Dicho aumento de servidores de la salud tiene 2 objetivos, el primero un recambio que permita el descanso del personal médico, y el segundo la atención de camas de cuidados intensivos que están llenas desde hace más de 15 días.

Médicos en una de las áreas de asistencia del hospital José Carrasco. Cortesía

Pero según Arias, esto no será suficiente si el número de casos sigue en aumento, algo que de acuerdo con su criterio como médico tiene una única causa: la falta de responsabilidad de la ciudadanía.

“Si en mayo fueron las reuniones por el Día de la Madre y en junio por el Día del Padre, ahora vemos fiestas por las graduaciones, que hacen que el contagio crezca de manera acelerada” comenta.

Para Arias, los médicos son “actores de reparto” en la película de horror que supone la pandemia, “los protagonistas son los ciudadanos, y por ende los llamados a cambiar esta historia y salvar nuestras vidas” afirma el galeno. (JMM) (I)

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