El mundo de los crucificados

Hernán Abad Rodas

OPINIÓN|

Debido a la crisis generada por el SARS-CoV-2, millones de personas serán empujadas aún más a la pobreza, al hambre y al desempleo.

David M.Beasley, Director Ejecutivo del Programa Mundial de alimentos,  Manifestó: en el mundo, 270 millones de personas en este año padecerán hambre. Latinoamérica será la región donde más crecerá el hambre con un 269 % de incremento.

Esta noticia impactante e inesperada, me permite afirmar que: el mundo de los crucificados no es un lugar excepcional o esotérico…es un mundo donde millones de seres humanos mueren de la lenta crucifixión, que les produce el hambre, la miseria, el desempleo; y los vendedores de falsas ilusiones. Hay que hacerle saber al mundo lo que está pasando en la región.

Los que se encuentran bajo el umbral de la pobreza, desde sus míseras chozas inmersas en las sombras de la desventura, golpean sus pechos clamando misericordia. En las calles estrechas de nuestras ciudades, los comerciantes venden sus días para ganar dinero, y poder pagar el tributo a los gobernantes de turno.

En los campos, los labriegos labran la tierra y plantan las semillas de sus desolados corazones, las riegan con sus lágrimas, pero no recogen más que espinas, y nadie les enseña el verdadero sendero donde no existe el hambre.

Los millones de oprimidos de la tierra, ya no permanecen en silencio; hoy, lanzan su voz pidiendo pan y empleo. Pues son la boca de la justicia y el libro de la vida. Pero son engañados por los falsos profetas, pues el que tiene hambre sólo escucha a través de su estómago.

Los gobernantes de todos los países deberían caminar por las rutas del hambre y los valles de la desgracia de nuestros pueblos, para que observen de cerca la pobreza, que es el infortunio del mundo, y ver que lo que llaman civilización, no es más que un espectro entre los numerosos fantasmas de un trágico desengaño.

Si el contagio del letal coronavirus mató sin piedad, la pobreza y el hambre matarán a largo plazo, si no se toman las medidas preventivas que el caso amerita. (O)