Año 2019 a.C.

Allá por el año 2019 antes de Covid (2019 a.C.), el mundo era distinto. Nosotros también.

Aceleradamente todo ha cambiado. La forma en la que trabajamos, aprendemos, nos relacionamos, sentimos, cuidamos y vivimos. Hay un fin y un nuevo inicio en la historia.

Las prioridades simplemente giraron. Los quince días de cautela y confinamiento inicial, fueron los que han llevado hacia un tránsito a diferente dimensión terrenal de tipo acelerado. Y sin retorno.

En el 2019 a.C. la globalización económica parecía marcar el pulso de las sociedades y sus relaciones. Así también el consumismo y vértigo, se ponían de moda. Había una suerte de interconectividad y deseos por profundizarla. Surgían líderes sociales en base a algún mérito o esfuerzo. Hoy, todo ha cambiado. Las fronteras se han cerrado. El comercio vertiginoso está en declive. Y los líderes son de temporada, fugaz aparición y palabras.

Las lecciones son varias. La naturaleza reclama su espacio, cuidado práctico y atención. La razón del Estado, su finalidad y funcionamiento entra a un profundo debate. Se torna relevante una nueva discusión sobre la vigencia de mínimos que deben asegurar la dignidad humana. Surge un necesario debate entorno a la educación y sus retos.

Las relaciones de poder y mercado también han variado. Las prioridades son otras. La alimentación se convertirá en fuente de preocupación a la que se debe atención. Las siguientes dificultades pasaran por la capacidad de producir y cosechar en los propios países. La reestructuración de la sanidad pública, será urgente. La tecnología estará marcada por su acceso universal. El cuidado será a lo más cercano, a lo íntimo y profundo.

Es un nuevo tiempo. El reloj ya está marcando. (O)

 

 

CMV

Licenciada en Ciencias de la Información y Comunicación Social y Diplomado en Medio Impresos Experiencia como periodista y editora de suplementos. Es editora digital.

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