El cofundador de Microsoft, Bill Gates, lamentó este domingo «la locura de pruebas» del coronavirus SARS-CoV-2 que hay en EE.UU., que ha sobrepasado ya los cinco millones de contagios de COVID-19.
«Una variedad de pasos tempranos en falso por parte de EE.UU., y luego la atmósfera política han supuesto que no hicimos que nuestras pruebas comenzaran a funcionar», dijo Gates a la CNN.
«Ningún otro país tiene la locura de pruebas -agregó-, porque no hablarán de arreglarlas, debido a que piensan que simplemente deben seguir actuando, como si hubieran hecho un trabajo competente».
En su opinión, las prohibiciones de viaje desde otros países -como los vetos impuestos por el presidente Donald Trump a los visitantes desde China o desde algunos países de la Unión Europea- no han contribuido a evitar la expansión del virus en EE.UU.
«Es una tontería que cualquier tipo de prohibición de viaje que hicimos fuera beneficiosa -agregó-. Eso no pasa la prueba del sentido común. Y ahora hemos ejecutado cierres en todo el país con menos fidelidad que en otros países».
Gates, copresidente de la fundación que lleva su nombre y el de su esposa, Melinda, subrayó que los laboratorios comerciales han hecho que haya largas colas de personas para hacerse las pruebas, mientras que los ricos tienen acceso a tests rápidos.
«Es alucinante que no se pueda lograr que el Gobierno mejore las pruebas, porque sólo quieren (desde el Gobierno) decir lo buenas que son», indicó Gates.
El filántropo estadounidense señaló que le ha dicho a la Administración que tome como referencia la página web de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés).
También les ha pedido otras medidas: «No reembolsen ningún test donde el resultado tarde más de tres días. Están pagando miles de millones de dólares de esta manera muy desigual para conseguir los resultados de los test con menor valor del mundo».
EE.UU., el país más afectado por la pandemia, rebasó este domingo los 5 millones de contagios, con 5.036.387 casos confirmados hasta ahora, y 162.851 fallecidos. EFE