Juan F. Castanier Muñoz
El miércoles pasado, la justicia argentina inicio el procesamiento de dos de los jerarcas de los servicios de inteligencia, del tiempo de Mauricio Macri, acusados de haber realizado actos de espionaje ilegal en contra de la ex presidenta, y hoy vicepresidenta de Argentina, Cristina Kishner. Todo el mundo sabe que la señora y su familia, hace tiempos que no han podido explicar, de manera clara y transparente, el incremento geométrico de su patrimonio familiar. Todo el mundo sabe que el fiscal que denunció una turbia vinculación entre la Kishner y el gobierno iraní, en relación con la explosión del edificio de la mutual judía en Buenos Aires, fue hallado muerto en su departamento, de manera más que misteriosa, a menos de una semana de haber realizado tan gravísima acusación. La explosión a que nos referimos habría tenido que ver con una intervención del gobierno iraní y, luego de varios años del suceso execrable, el que salga a flote información en tal sentido no le convenía ni al gobierno iraní ni a su socia latinoamericana, la inefable Cristina.
Dejando de lado la ridícula e inexplicable condecoración de que fue objeto en Ecuador por parte de la ex presidenta de la Asamblea Nacional, Gabriela Rivadeneira, y de su vergonzoso palanqueo para que en el elefante blanco, sede la Unasur, se “instale” un monumento a su difunto marido, lo cierto es que el involucramiento procesal de los investigadores de sus “perlas”, significa, para quienes opten por alguna iniciativa parecida, una amenaza directa para que no anden metiendo las narices ni hurgando donde no deben hurgar.
Es por ello que, los ecuatorianos debemos estar muy claros frente al próximo proceso electoral que, si el correismo obtiene una votación con alguna significación, sus futuros asambleístas van a llegar a la Asamblea con la única mira, léase bien, con la única mira de revisar los procesos en que los miembros de la banda se encuentran encarcelados, enjuiciados, con medidas cautelares, fugados o asilados en otros países, o en fases de indagación. ¡Hay que recuperar la patria…y a los pillos que la saquearon! (O)
