El presidente del Líbano, Michel Aoun, informó de que la explosión del pasado día 4 en el puerto de Beirut, que ha causado la muerte de 171 personas y más de 6.000 heridos, ha supuesto pérdidas por más de 15.000 millones de dólares, una tragedia que ha dado un vuelco por el reconocimiento del propio jefe del Estado de que desde semanas antes de que se produjera sabía de la existencia de la carga de 2.750 toneladas de nitrato de amonio que la provocó.
«El presidente Aoun fue informado el 20 de julio 2020 a través del informe de Seguridad del Estado de la presencia de una gran cantidad de nitrato de amonio en un almacén del puerto de Beirut, el consejero militar de su excelencia informó al secretario general del Consejo Supremo de Defensa«, afirmó la Presidencia en un comunicado.
COSTE DE LOS DAÑOS: MÁS DE 15.000 MILLONES DE DÓLARES
Aoun informó hoy por primera vez de que las estimaciones iniciales sitúan las pérdidas por la explosión por encima de los 15.000 millones de dólares en una llamada al rey de España, Felipe VI.
«El presidente Aoun recibió una llamada de condolencias y solidaridad del rey Felipe VI de España; las estimaciones iniciales de las pérdidas exceden los 15.000 millones de dólares», indicó la Presidencia libanesa en un comunicado.
La última cifra que se conocía de pérdidas fue aportada por las autoridades de la Gobernación de Beirut, que aseguraron en los primeros días que los daños podrían rondar los 3.000 o 5.000 millones de dólares, unos números que quedan lejos de los aportados por Aoun.
Felipe VI le manifestó sus condolencias y solidaridad al presidente libanés, y le trasladó también la disposición del Gobierno español para hacer «cualquier esfuerzo adicional» que ayude a borrar las huellas de la «dolorosa» deflagración en la capital libanesa.
Precisamente ayer aterrizó en Beirut un avión del Ejército del Aire español con ayuda de emergencia para el Líbano, incluyendo 10 toneladas de harina de trigo donadas por la Fundación Internacional Olof Palme, así como suministros médicos y Equipos de Protección Individual (EPI) enviados por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo.
El jefe humanitario de la ONU, Mark Lowcock, ya había advertido de que la reconstrucción costaría miles de millones de dólares.
EL PRESIDENTE BUSCA LA VERDAD
Pero Aoun hizo hoy revelaciones más sorprendentes. El reconocimiento de que conocía el fertilizante al que se achaca la tragedia se produjo después que varios medios libaneses especularan con que tanto él como el primer ministro, Hasan Diab, que dimitió el pasado día 10, sabían de la existencia de la gran cantidad de nitrato de amonio en el puerto.
«La Presidencia de la República tiene todo el interés en que la investigación judicial siga su curso y valiéndose de todas las experiencias para mostrar la verdad completa sobre la explosión, sus circunstancias y los responsables de ello a todos los niveles«, según el comunicado de presidencia.
Y es que, de acuerdo a su versión, el asesor de Aoun hizo saber esta información en presencia del Consejo de Ministros «para que tomase las medidas necesarias» y el secretario general del Consejo Supremo de la Defensa remitió entonces el texto a los departamentos «competentes».
Aoun se encuentra bajo una fuerte presión no sólo de la calle, donde se han producido constantes protestas desde la deflagración hace una semana para pedir las salida de toda la clase dirigente, sino también por parte de algunos sectores políticos.
Hace dos días, el presidente aceptó la renuncia del Gobierno presentada por Diab y le pidió que siga en funciones hasta la formación de un nuevo Ejecutivo.
NO HAY CRISIS DE PAN
Por su parte, el ministro libanés de Economía, Raoul Nehme, afirmó hoy que «no hay crisis de pan» en el país y que hay harina suficiente para los próximos cuatro meses, después de que la devastadora explosión destruyera los silos que almacenaban el trigo en el puerto de Beirut.
Los molinos del Líbano tienen almacenadas 32.000 toneladas, detalló Nehme en su cuenta oficial de Twitter, además de 110.000 toneladas que han llegado o van a llegar en un plazo de dos semanas.
«Las reservas son suficientes para cuatro meses», según el ministro. EFE