«Sabemos que más de 100.000 personas murieron en Brasil y que, si hubieran sido tratadas al comienzo con ese medicamento, muchas de esas muertes podrían haber sido evitadas«, declaró el mandatario en un acto público celebrado en Belén, capital del estado de Pará.
Bolsonaro, uno de los mandatarios más negacionistas del mundo en relación a la pandemia, contrajo coronavirus el mes pasado y afirma que se recuperó gracias a la cloroquina, un antipalúdico usado para tratar la malaria pero cuya eficacia contra el COVID-19 es puesta en duda por la mayor parte de la comunidad científica internacional.
También han contraído el patógeno y ya se han recuperado nueve de los ministros del Gobierno y la propia esposa de Bolsonaro, Michelle de Paula Firmo, quien permanece recluida y este miércoles supo de la muerte de su abuela materna, de 81 años y víctima de coronavirus.
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«Aquellos que critican la cloroquina no presentan alternativas», dijo Bolsonaro, cuyo país es, en términos absolutos, el segundo más afectado por la pandemia en el mundo, con más de 104.000 fallecidos y cerca de 3,2 millones de casos.
En el mismo acto, anunció que el Gobierno federal enviará a las autoridades del estado de Pará 400.000 comprimidos de cloroquina, pues aún «sin comprobación científica, hay muchos médicos que lo recomiendan».
El estado de Pará, enclavado en la Amazonía brasileña, tiene unos ocho millones de habitantes y, según los últimos balances oficiales, ha registrado hasta ahora 173.625 casos de coronavirus, con un total de 5.917 muertos.